Bio
Nací con un bolígrafo bajo el brazo aunque la profe no me dejó usar boli (y de los que se podían borrar) hasta tercero de primaria. No he parado de escribir desde que me enseñaron y no pienso parar hasta que sea tan rica que ya no pueda teclear letras porque se me estropea la manicura de oro. Soy adicta a la ficción en cualquier formato: libro, cine, tele, radio, internet o los tíos que conozco por Tinder. 100% millennial, 130% milenaria.