Belén Esteban evita a toda costa hablar de su hija, pero una información de Laly Bazán criticándola a dado pie a que sus compañeros ensalcen que, pese a tener mucha información sobre la familia de Jesulín de Ubrique, se mantenga callada. Y eso que Laly Bazán no se ha cortado un pelo al hablar de ella e increparla.
La colaboradora no quería hablar, pero las caras que ponía llamaron la atención de Carlota Corredera que la preguntó que qué estaba pasando por su cabeza. “Me pongo mala porque los otros no la dicen ‘vale’. Porque ellos no saben la suerte que tienen. Porque si por mí fuera, se les caería la cara de vergüenza. Pero no lo hago, fíjate la suerte que tienen”, respondió Belén.
“Tienen suerte contigo, pero especialmente con la primogénita”, le contestó Carlota Corredera. Todos los presentes ensalzaron el papel de la joven, que prefiere mantenerse al margen, pero también pide que no se hable de su padre.
Además, los colaboradores han recordado que se decía que cuando ella cumpliera la mayoría de edad “pondría a su madre en su sitio”. “Y vaya si lo ha hecho, sin abrir la boca”, ha opinado María Patiño. En ese momento y de forma prudente, Belén Esteban zanjó todas las polémicas y dudas que hubo respecto a su papel como madre con una sola frase: “Mi hija me puso en mi sitio el día que me case con Miguel, con las palabras que me dijo. Tanto a mí como a mi familia. A su yaya, sus tíos, sus tías… y a mi marido. Con eso es con lo que yo me quedo”.
Todos los colaboradores tenían muy buenas palabras para la hija de Belén Esteban, pero Carlota Corredera también cree que hay que poner en valor el papel que ha ejercido su madre. “Estamos poniendo en valor a la persona de la que hablamos, pero también tantas veces se ha cuestionado el papel de Belén como madre que hay que darle su sitio”, ha dicho la presentadora.
Además, la gallega también ha querido mandar un recadito a Laly Bazán por sus palabras contra Belén y contra el programa: “Si yo fuese Laly Bazán y me llamasen por teléfono después de haber dicho mi sobrino que cuando cumpliese 18 años iba a darle todo tipo de explicaciones y que iba a quedar todo perfectamente comprendido (aludiendo a que no lo ha hecho), si me llaman por teléfono me escondería debajo de la mesa”.