La ropa que elegimos en nuestro día a día es capaz de comunicar ciertos aspectos de nuestra personalidad. Así lo han demostrado diferentes estudios de psicología, que aseguran que basta con un pequeño análisis del vestuario de las personas para conocer información sobre ellas. Dicen que las primeras impresiones son las que cuentan, pero que hay de cierto, ¿en que nuestra forma de vestir puede influir en el pensamiento o la idea que otra persona se forma sobre nosotros?
La psicología de la moda es el término que se utiliza coloquialmente para indicar lo que las personas transmiten con un determinado estilo a la hora de vestir. Gracias a alguno de estos estudios que han sido recogidos en Psychology Today. Que han demostrado que dependiendo de la ropa somos capaces de analizar y juzgar a las personas. Por esa razón, ¿qué transmites con tu forma de vestir? ¿O la ropa que llevas puesta? Algunos de estos aspectos, recogidos en diversas webs especializadas, son:
Aunque podrían generarse numerosas divisiones sobre los tipos de vestuarios que hay en la actualidad, si nos centramos en tres de ellos, los estudios psicólogos los relacionan con ciertos aspectos personales:
Los tonos más oscuros suelen generar más autoridad que los claros, que evocan más amabilidad y cercanía. Aunque ya es cosa del pasado asumir que el azul es de niños y el rosa de niñas, los tonos de nuestra ropa sí que pueden sugerirnos aspectos de nuestra personalidad, independientemente de nuestro género: los tonos más cálidos, como el amarillo, pueden reflejar optimismo y alegría frente a la monotonía de tonos como el gris.
A pesar de que las distinciones por género parecen haber quedado atrás, sigue habiendo muchas interpretaciones que hay que erradicar que distinguen entre hombres y mujeres. Éstas últimas, cuando visten rojo, suelen ser vistas como una fuente de sensualidad, mientras que a los hombres se les relaciona más con la competencia e incluso la agresividad.
Según un estudio en la Universidad de Durham en Reino Unido, el rojo puede no ser adecuado para los hombres, “los resultados mostraron que el uso del rojo hacía que los hombres parecieran más agresivos y enojados en comparación con los hombres que vestían de azul o gris”.
Sin embargo, en un estudio de 2009, la doctora Juliet Zhu encontró que el color azul sugiere "conocimiento, poder, integridad y seriedad. Evoca una sensación de calma al tiempo que estimula la creatividad".
Algo similar ocurre en los puestos de trabajo, donde las mujeres suelen ser juzgadas de manera más radical por su vestuario. Un caso extremo de este suceso se dio hace poco en Japón, donde prohibieron a algunas de sus trabajadoras llevar gafas por "dar sensación de frialdad".
Business Insider revisó recientemente varios estudios relacionados con las primeras impresiones. Entre estos, había algunos que relacionaban la calidad y el corte de la ropa no solo con el status, sino también y nivel de inteligencia. Otro de los estudios hace referencia a la solución ideal en la vestimenta de las mujeres, “equilibrar la identidad profesional con un atractivo traje con falda”, según explicaban investigadores de la Universidad de Hertfordshire.
Pero por otro lado, psicólogos de Harvard, por su parte, dejan claro que el traje debe exprimirse en el ámbito laboral y optar por unos vaqueros fuera del trabajo ya que, de usar también traje en un encuentro informal, lo que podría transmitirse es opulencia y delirios de grandeza.
Lo que está claro es que parece que la ropa sigue aportando datos, aunque no sean correctos, sobre la personalidad de sus dueños. Incluso aquella ropa que compramos y poco tiempo después decidimos devolver, demuestra nuestra forma o gusto para vestir. Así, algunos psicólogos han llegado a afirmar que "nos convertimos en lo que llevamos", dándole gran importancia