Existen tres tipos de esguince, en función de su grado de intensidad
Se trata de una lesión que afecta a los ligamentos
Un calzado inadecuado es un factor de riesgo para este tipo de lesiones
Un esguince es una lesión de los ligamentos, es decir, un estiramiento o un desgarro de esas bandas de tejido fibroso que unen dos huesos en las articulaciones. Los esguinces más comunes son los de tobillo, pero no son los únicos, según diversas webs especializadas.
Los ligamentos se forman por fibras que tienen elasticidad, pero cuando se estira más allá de su capacidad, se produce un esguince, que puede llegar a ser una rotura del ligamento. Los grupos de riesgo de desarrollar este tipo de lesión son:
Deportistas. Debido a la intensidad física, por un golpe o mala pisada, o debido a que la actividad puede desgastar a la larga los ligamentos.
Personas mayores. Ya que tienen una menor flexibilidad en sus ligamentos, lo que aumenta el riesgo de padecer una lesión.
Sobrepeso. Las articulaciones tienen que soportar mayor carga, y por ese motivo pueden sufrir una lesión aunque no se esté haciendo deporte de impacto.
Falta de actividad física. Es algo que también afecta a las articulaciones, ya que las deteriora. Por ello es importante mantener una buena salud física.
Tipos de esguinces
Hay tres grados de esguinces según el grado de intensidad de estos:
Primer grado. Se produce cuando el ligamento se estira de más pero sin llegar a romperse, provocando un dolor que es soportable. Además, genera inflamación, pero normalmente se puede continuar moviendo la extremidad afectada. Estos casos se suelen curar en unos días, y no tiene por qué necesitar medicación.
Segundo grado. En este caso los ligamentos sí que tiene pequeñas roturas de las fibras, por lo que es un grado más intenso con el consecuente dolor. Se suelen recetar antiinflamatorios para paliarlo, y además habrá que inmovilizar la articulación.
Tercer grado. Se trata del caso más grave, en el que hay rotura de ligamento. En este caso se necesitará una operación quirúrgica para poder reparar el tejido dañado, y mucha rehabilitación.
Normalmente los esguinces más comunes, según la zona, son: esguince de tobillo, de rodilla, de muñeca o de pulgar.
Para intentar prevenir esta lesión, hay que tener en cuenta que, además de los grupos de riesgo, también hay factores externos que pueden contribuir a sufrir un esguince. Las superficies desniveladas pueden provocar una caída o un traspié que acabe en lesión, al igual que el uso de un calzado inadecuado.
También es importante el cansancio de los músculos, y los ejercicios que hay que hacer de manera regular para estirar y fortalecerlos.