Las enfermedades de verano que debes evitar para que no arruinen tus vacaciones
Las infecciones digestivas y urinarias siguen siendo las más frecuentes
Los niños y personas mayores, más vulnerables a los golpes de calor
Hace un calor de récord. Los 40º se están convirtiendo en norma en gran parte de España y Europa con la llegada del verano, donde también las urgencias reciben 'casos veraniegos'. En algunos casos como en Francia los golpes de calor han provocado tres muertes, por el momento, por contrastes de temperaturas entre personas de edad avanzada. Porque la época estival también se convierte en crítica para nuestra salud si no tomamos las precauciones pertinentes para evitar contraer algunas enfermedades que durante estos meses se vuelven más comunes por las condiciones climáticas y determinadas prácticas.
Deshidratación y quemaduras solares
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Con el calor llegan las deshidrataciones. No hay que tomárselas a broma porque, si no se repone el agua en cantidades suficientes y no se actúa ante los primeros síntomas puede llevar incluso a la muerte. Las personas mayores y los niños tienen mayor riesgo de deshidratación.
Las largas exposiciones al sol durante las horas de más calor del día, pues de lo contrario el cuerpo puede alcanzar temperaturas de hasta 40 grados centígrados, precisamente llegada a la cual se produce dicha afección. Para evitarlo, la mejor medida es aprovechar para salir a la calle a primera hora de la mañana y última de la tarde, cuando el calor y el sol se presentan con menos fuerza.
Particularmente, según Cervera los mayores también deben de tener precaución con la hipotensión (bajada de tensión). "Muchos de ellos están medicados para cuestiones cardiovasculares y mantener la tensión baja. En verano la tensión baja de manera natural, por lo que hay que controlarla e incluso valorar tomar otra medicación", comenta.
En cuanto a los niños en concreto, asegura que el sedentarismo está provocando que los niños, al tener una condición física inferior a la de antaño, comienzan a presentar lesiones más graves por caídas o golpes. "Ahora culaquier torcedura supone un esguince muy gordo porque no tienen los ligamentos trabajados", comenta, añadiendo que es un fenómeno provocado porque en verano las actividades al aire libre son más frecuentes y presentan esta mala condición física "especialmente niños de ciudad que van al pueblo o campamentos".
También la exposición al sol provoca las primeras quemaduras solares: tomar el sol demasiado tiempo y sin protección puede causar quemaduras en la piel de segundo y tercer grado que requieren cuidados especiales en un servicio de urgencias. Se enrojece la piel y pueden producirse ampollas y ulceraciones, además de un intenso dolor. Ojo a coger, pues, el sol con demasiadas ganas y más si tu piel es blanca y no has tenido contacto con él a lo largo del año. Se paga.
En verano también se bebe y se come en exceso, a deshoras, y no en los lugares habituales. También se consume más alcohol. Todo ello es un cóctel que puede provocar tanto intoxicaciones alimentarias y diarreas agudas: suelen durar entre 3 y 7 días. Son de origen vírico y bacteriano y suponen, también, un importante riesgo de deshidratación.
Infecciones urinarias y digestivas
Las infecciones urinarias y digestivas siguen siendo las más comunes, según la Coordinadora Nacional del Grupo de Trabajo de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la doctora Inmaculada Cervera Pérez. Con respecto a las primeras, las altas temperaturas que suele haber durante los meses de verano provocan que los alimentos puedan estar en mal estado con mayor facilidad, provocando la contracción de bacterias como el 'E. coli' y síntomas como diarreas, náuseas o vómitos.
Para evitar posibles contagios, son útiles algunas prácticas a veces olvidadas como una higiene de manos adecuada, pues aunque parezca "una tontería, evita mucho la transmisión y el contagio", asegura Cervera.
Además, también recomienda conservar la comida en lugares frescos y evitar el almacenamiento de alimentos con salsas, caldo de cultivo para la proliferación de bacterias, además de cocinar bien nuestra comida. Por último, también hace hincapié en un lavado concienzudo de frutas y verduras: "Si alguien toca una manzana en el super, tiene 'E. Coli', no la lavas y te contagias", comenta.
Las piscinas nos traen infecciones urinarias y otitis
En cuanto a las infecciones urinarias, estas se producen con especial frecuencia entre las mujeres. En los baños en piscinas y el mar, la humedad de nuestro bañador puede ayudar a que se generen gérmenes que entren a nuestro organismo por la vejiga.
Para evitar contraer este tipo de enfermedades como la cistitis, la doctora recomienda ducharse después de cada baño, utilizar chanclas propias para evitar también el posible contagio de hongos en los pies y llevar ropa seca. En los más pequeños son frecuentes las otitis, que se pueden producir porque queda agua en el oído después de un baño en la playa o la piscina (otitis del nadador). Peor es bañarnos en aguas que estén de alguna forma contaminadas por bacterias. Ahí se pueden generar infecciones más graves. También son comunes las conjuntivitis.
Enfermedades emergentes
Además de estas más frecuentes ya mencionadas, Cervera asegura que las provocadas por las picaduras del mosquito tigre como el dengue, el zica o el chukunguña están siendo tratadas ya como "enfermedades emergentes" en los últimos años.
Este tipo de enfermedades, además de necesariamente estar conectadas con una picadura de insecto, presentan "una reacción mayor a la de una picadura normal y síntomas pseudogripales" como fiebre, dolores generalizados, malestar, decaimiento...
Solo en la Comunidad Valenciana, el verano pasado se detectaron 12 casos de dengue, uno de zica y otro de chukunguña. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, estas enfermedades llegan importadas del extranjero por turistas, siendo solo un número reducido las que se producen de manera autóctona. Además, pese a la alarma y atención que suelen generar, no se tratan de enfermedades catalogadas como graves.
Aún con todo, lo cierto es que el mosquito tigre, transmisor de dichas enfermedades, sí ha conseguido poco a poco asentarse en algunas regiones de nuestro país como el Levante. Para evitar su picadura, Cervera reconoce que no hay protección posible más allá del repelente de mosquitos. "Hay a gente a la que le pican incluso a través de la ropa, pero si hay dos personas y solo una lleva repelente el mosquito va a ir a picar a la otra", comenta. Así que disfrutar del verano, pero sin descuidarnos. No tengamos que echar mano del botiquín.