La tercera sesión del juicio contra David M.L., acusado de asesinar brutalmente a su pareja, Paloma, y a la hija de ésta, India, se convirtió en un escenario de caos y dolor. Mientras los forenses describían las brutales puñaladas que acabaron con la vida de la pequeña, el padre de India, cegado por el dolor, se abalanzó sobre el acusado, gritando insultos como "satanás". Los agentes presentes intervinieron rápidamente para evitar una tragedia mayor, y el juez, visiblemente afectado, decretó un receso. En 'Vamos a ver', José Víctor, el padre de India, ha confesado los motivos que le llevaron a intentar agredir al asesino de su hija: "Hemos visto imágenes de los cuchillos ensangrentados, de dónde le había dado las puñaladas a mi hija y claro ya, uno se calienta y he visto la oportunidad y me he lanzado sobre él, he ido a por su cuello, y no he podido...".
El dolor y la rabia de José Víctor fueron evidentes: "Lo máximo que he podido hacer ha sido coger una botella y lanzarla a la cara pero se ha escondido como una cucaracha debajo de una silla, detrás de los abogados". "Me han ayudado mi hermano y Juan, que también se lanzaron detrás de mí, y ha habido un barullo. Le han esposado y sacado afuera. Esa es la pena, que no teníamos un arma en la mano para hacerle sentir lo mismo", ha añadido afectado.
El padre de India ha descrito al acusado como una persona fría y calculadora: "Durante el juicio no ha expresado ninguna emoción, no lo conocía y me asombro, dentro lo único que hace es ponerse la mano a un lado para que no le mire nadie, mira para abajo, y nada más". "Lo tenía deliberado porque después de un año, no se ha dignado ni una vez a darme la mano ni ha saludarme y tres días antes del asesinato, vino a verme a un bar donde desayunaba yo todos los días, y me dijo que no tenía nada en contra mía y se fue", ha subrayado José asegurando que el asesinato de su hija fue un acto premeditado.
Además, el hombre ha expresado su profundo deseo de que el acusado sufra las mismas consecuencias que infligió a su hija: "Esperemos que no salga nunca de la cárcel o cuanto antes, en una caja de pino".
José Víctor ha expresado el profundo dolor que siente por la pérdida de su hija: "Cada segundo de cada día pienso en ella, no hay cosa que no me recuerde a ella, y por la noche sueño con ella, no se lo deseo a nadie".