Una de las dudas más habituales con respecto a nuestra ropa es cuándo hemos de lavarla, ya que hay ocasiones en las que, después de ponernos una prenda en varias ocasiones, seguimos notándola limpia. En ese momento solemos preguntarnos si es el momento de enviarla a la lavadora o no. Tales dudas son aún mayores con respecto a la ropa de baño –bañadores, bikinis, toallas…–. ¿Hay que lavarlas cada vez que las usamos? ¿Debemos dejar que se sequen? ¿Es peligroso usarlas en repetidas ocasiones?
En 2018 la Universidad de Arizona (Estados Unidos) publicó un estudio que habían realizado después de examinar 82 toallas y paños de cocina, llegando a la conclusión de que el 89 % tenía bacterias coliformes (incluso más del 25 % albergaba la E-coli). Esto es solo una muestra de la cantidad de microorganismos que se acumulan en las toallas y en las prendas de ropa en general. En el caso de las toallas que llevamos a la playa o a la piscina su capacidad para atraer microbios y bacterias se multiplica, ya que están expuestas no solo a nuestros cuerpos, sino también al agua, al cloro, a la arena de la playa, a las tumbonas y hamacas, etc.
Del mismo modo, los bañadores también se caracterizan por atraer todo tipo de microorganismos, más si cabe cuando pasamos todo el día con ellos puestos, exponiéndolos al sol, a diferentes tipos de aguas y a las superficies donde nos tumbemos. Todo ello invita a que se laven una vez que concluye la jornada y no vuelvan a reutilizarse en días sucesivos.
Pero usar toallas o ropa de baño sin haberlas lavado no solo es inadecuado para nuestro organismo, también lo es para su propio deterioro, ya que estarán expuestas a unos agentes que provocarán que se estropeen mucho antes. Hay que tener presente que están constantemente expuestas al cloro de la piscina o a la sal y la arena de la playa, y eso por no hablar de la exposición solar. Todo ello provoca que deban soportar una serie de condiciones a las que no sometemos a otro tipo de prendas. Por lo tanto, su cuidado debe ser diferente y comienza con lavados más habituales para eliminar todos los restos que pueden incidir negativamente en los tejidos.
En el momento de lavar la ropa de baño y las toallas, existen algunas recomendaciones que pueden alargar su vida:
En la medida de lo posible, no hay que dejar que se sequen al sol, ya que sus rayos ya han afectado a los tejidos el tiempo que hemos permanecido en la zona de baño. Dado que se suelen utilizar cuando las temperaturas son altas, no tardarán en secarse incluso a la sombra.