Para muchas personas tomar el sol tumbadas en la playa es uno de los mayores placeres que pueden encontrar. En los meses más calurosos las playas se llenan de gente que pasan horas entre baños de sol y baños en el mar, aunque no siempre toman las precauciones necesarias para que los rayos ultravioletas no afecten a su piel.
Afortunadamente –ya sea por las buenas o por haber experimentado algún episodio desagradable–, la mayoría tiene muy en cuenta que es necesario aplicarse protector solar si van a pasar mucho tiempo bajo el sol, especialmente en las horas centrales del día.
Sin embargo, siempre hay descuidos o la insensatez de “ya me echo la crema después de darme un baño y secarme”, puesto que nuestra piel no está preparada para pasar demasiado tiempo bajo los rayos de sol sin que comience a quemarse.
No cabe duda de que la luz solar es esencial para nuestro organismo. La vitamina D que nos proporciona es clave para el buen funcionamiento del organismo. Claro que eso no implica estar bajo su influjo durante horas. De hecho, tal y como apunta Sanitas en su blog “Muy saludable”, “entre abril y julio, bastaría con 10 minutos en los que se exponga el 25 por ciento del cuerpo al sol para adquirir la vitamina D aconsejada sin riesgo de enrojecimiento de la piel”.
Así pues, en los meses de verano obtenemos la vitamina D que necesitamos simplemente con dar un pequeño paseo con las piernas y los brazos al aire. Esto implica que los baños de sol en la playa no se necesitan, sino que se toman por puro placer –o por la necesidad estética de broncearse–.
Entonces la pregunta que surge es la siguiente: ¿cuánto podemos estar bajo el sol sin protección? La respuesta varía dependiendo del tipo de piel que tengamos, ya que, como cabe esperar, las pieles más claras se queman antes que las más oscuras.
De hecho, se pueden dividir en seis fototipos diferentes para calcular cómo afectará una exposición prolongada a los rayos de sol. Estos fenotipos son los siguientes:
Teniendo en cuenta estos fototipos o tipos de piel de Fitzpatrick, el tiempo máximo de exposición varía antes de que afecte negativamente en la piel. Cabe señalar que las personas de piel más oscura también sufren quemaduras y los efectos nocivos de las exposiciones prolongadas, con lo que es necesario que se pongan igualmente un protector.
Tomando como referencia la latitud de España y las temperaturas que se dan en verano, el tiempo máximo aproximado sería el siguiente.