El calor entra por la puerta grande esta semana y resurgen los mitos. España va a alcanzar temperaturas de hasta 45 ºC en el sur y el este del país, y llegaremos a 43 ºC en el centro y el noreste, en Madrid o Zaragoza. Tumbamos algunas creencias extendidas como que la cerveza fresquita te quita la sed.
La cerveza no te refresca, ni el helado te hidrata. En realidad, es un poco al revés. Vamos a ver qué mitos que llevas escuchando toda la vida son mentira y qué debes hacer para llevar mejor las altas temperaturas estos días.
Las terracitas están llenas a todas horas con este calor. Apetece beber, mucho y fresquito. La solución: una cerveza. Y, si es en jarra helada, mejor.
Esa es la teoría. Porque, en la práctica, lo cierto es que la cerveza, es bastante diurética, lo cual hará que vayas más al baño y puede hacer que te deshidrates. Además la cerveza, al igual que cualquier bebida alcohólica, afecta a los mecanismos del cuerpo para controlar la temperatura corporal, como son la vasodilatación y la sudoración. Por tanto puede ser bastante contraproducente.
La ropa ayuda a aislarnos del calor y protege la piel del sol. Lo suyo es llevar prendas holgadas, despegadas del cuerpo para que se creen corrientes entre la piel y la ropa, de manera que el cuerpo pueda expulsar el calor y el sudor pueda evaporarse, lo cual hace que se enfríe la piel.
El agua fría puede dar sensación de refrescar en el momento, pero hace que nuestro cuerpo se ponga en marcha para calentarse. Por tanto, con una ducha fría antes de dormir conseguiremos lo contrario después, sudar más por la noche.
El helado es la comida estrella del verano. Es refrescante y está rico, además de darnos un chute de azúcar. Pero es precisamente ese azúcar lo que hace que nos entre una sed terrible después de comer helado.
Cuando el azúcar llega a nuestro torrente sanguíneo, hace que el agua del interior de las células salga para reducir el gradiente de concentración, y esto hace que se deshidraten y crea sensación de sed.
Es cierto que debemos hacer la digestión antes de bañarnos en la piscina o la playa, puesto que durante la digestión, la sangre fluye hacia el aparato digestivo, más que hacia el resto del cuerpo. Pero todo depende de cuánto hayamos comido. Si el almuerzo ha sido ligero, quizá baste con esperar una hora.
En cualquier caso, no te morirás si se te corta la digestión. Los síntomas suelen incluir palidez de piel, escalofríos, visión borrosa, mareos y náuseas, dolor de tripa o descenso de la presión arterial.