Miedo, indecisión, dolor físico... Señales para reconocer a una persona tóxica
Sentir miedo, indecisión o ansiedad alrededor de una persona suele ser una clara señal de toxicidad por su parte
Personalidades narcisistas o psicópatas on algunas de las más frecuentes en estos casos
Si te reconoces en estos síntomas, lo mejor que puedes hacer es recudir a cero el contacto con esa persona
Hay personas que tienen la habilidad de restarnos energía, hacernos dudar de nuestras propias ideas y decisiones y, en definitiva, convertirnos poco a poco en peores versiones de nosotros mismos. Es frecuente que, alrededor de ellas, nos sintamos ansiosos o temerosos: de hecho, reconocer determinados síntomas en nosotros mismos puede ser la mejor manera de detectar a una persona tóxica. Y es que los motivos de esta toxicidad pueden ser muy variados: algunos están relacionados con trastornos o patrones de personalidad concretos, como puede ser un perfil narcisista o psicópata. Si crees que existen señales que indican que esa persona (tu pareja, tu jefe, tu amiga...) no te conviene, toma nota de las señales para reconocer a una persona tóxica.
Señales para reconocer a una persona tóxica
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Englobar en una sola categoría a todas las personas tóxicas es una aproximación inevitablemente inexacta: por eso muchos psicólogos optan por mirar hacia la persona afectada, ya que los sentimientos y sensaciones que experimenta la víctima de una persona tóxica suelen ser similares.
Además, existen distintos grados de toxicidad y no todas las personas responden de la misma forma ante estos estímulos negativos: un contacto mayor (por ejemplo, en caso de tratarse de tu pareja o de un familiar cercano), una personalidad especialmente empática... pueden jugar en tu contra. También hay personas tóxicas más fáciles de detectar, y otros perfiles 'profesionales' que logran pasar desapercibidos socialmente.
Por otro lado, también suele hacerse hincapié en que, en determinados casos, esa toxicidad puede reducirse o desaparecer de la mano de la terapia o tratamiento adecuado y, del mismo modo, todos podemos convertirnos en tóxicos en determinados momentos. Por eso es importante tomar conciencia de nuestras propias actitudes y responsabilizarnos de ellas, acudiendo a terapia siempre que sea necesario.
Eso sí, si te topas con una persona tóxica -sobre todo si existe cualquier tipo de violencia, física o mental- y puedes evitar tener contacto con ella, lo mejor es sacarla de tu vida, especialmente si no está dispuesta a responsabilizare de sus acciones y del malestar que pueda provocar en los demás.
Estas son algunas señales que pueden ayudarte a detectar a una persona tóxica:
- Hablas mucho de ella. Si notas que esta persona te 'chupa' mucha energía y se convierte en tema central de tus conversaciones y preocupaciones, podría tratarse de una persona tóxica. Determinados perfiles demandan muchísima atención y cariño, y es posible que termines por dedicarte menos tiempo a ti mismo y al resto de relaciones importantes en tu vida para atender a sus necesidades. También es probable que, hagas lo que hagas, jamás sea suficiente.
- Tu autoestima se ve mermada. Es posible que la persona tóxica te haga dudar de ti mismo, de lo que piensas o de lo correcto de tus acciones o ideas. El 'gaslighting' aparece en este punto: consiste en un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Si te sientes mal constantemente y cada vez te cuesta más tomar decisiones propias o ver las cosas fuera de la perspectiva de esa persona, es probable que te encuentres ante una persona tóxica.
- Tus relaciones sociales y familiares se resienten. La persona tóxica puede llegar a demandar mucha energía y, para obtenerla, necesariamente tendrá que evitar que la dediques a otras personas. Por eso es posible que, además de llenar tu cabeza de pensamientos relacionados con sus problemas circunstancias, termine por alejarte de tus familiares y amigos. A veces ocurre de forma sutil: si cada vez que quedas con determinada persona hay una discusión posterior por otro tema aparentemente no relacionado, con el tiempo asociarás un hecho con el otro y dejarás de verla para evitar exponerte a ese daño.
- Actúas con miedo. Si piensas antes en lo que esa persona opinará sobre aquello que vas a hacer o decir que en lo que tú mismo piensas al respecto, no lo dudes: estás ante una persona tóxica. Es posible que temas estar cerca de ella y que intentes evitar el tiempo que le dedicas, pero también que estés absolutamente enganchado y no veas con claridad más allá de esa relación.
- Tu cuerpo reacciona. Ansiedad, estrés, contracturas e incluso enfermedades pueden aparecer por asociación al malestar que te provoca este tipo de persona. Si tu salud se resiente, escucha a tu cuerpo y aléjate en la medida de lo posible.
- Tienes reacciones inéditas en ti. Una persona tóxica puede llevarte a conversaciones absolutamente ilógicas o violentas en las que te verás sin herramientas para comunicarte de forma racional. Muchas veces la persona tóxica se mueve como pez en el agua en esta violencia, lo que hará que pierdas los papeles por no entender nada y ser incapaz de hacerla razonar. Ante todo, no te culpes: es la persona quien está sacando la peor parte de ti. Sin embargo, es importante que tomes este síntoma como una clara señal de que debes alejarte: no permitas que la otra persona te lleve a actuar en contra de tus valores y principios personales.
- Te cuesta ser tú mismo y actuar con normalidad. Tal y como recuerda la web Psicología y Mente, a persona tóxica suele impedirte estar relajado y cómodo. Es probable que te sientas desanimado, incapaz e intranquilo, en un estado de "constante tensión y preocupación". También es probable que recurras a hábitos poco saludables para evitar enfrentarte a la situación: consumo de alcohol, tabaco, drogas... comer de forma compulsiva, abandonar actividades como el deporte... Ten en cuenta que, en ocasiones, el contacto con personas tóxicas puede derivar en estrés postraumático o en depresión, así como en graves problemas de autoestima y crisis de ansiedad. La única solución para recuperar la cordura es alejarse.
En general, la mejor política en estos casos es aplicar el contacto cero para, poco a poco, 'desintoxicarnos' y volver a ser nosotros mismos. Sin embargo, esto no siempre es posible. Si es tu caso, se recomienda aprender técnicas que te permitan neutralizar situaciones de manipulación, tratando de ignorar su presencia en la medida de lo posible.