Si algo ha dejado claro el coronavirus es que hay que cambiar lo que esta sociedad ofrece hoy a los mayores, en sus residencias (la Fiscalía ha abierto diligencias para investigar las actuaciones de 38 residencias en toda España - la mitad de ellas en la Comunidad de Madrid, y otras 124 diligencias dentro del ámbito civil- y más después de ver el trato recibido en algunas como en una residencia de Barcelona, donde no se recomendaba el uso de guantes ni de mascarillas y se daba como solución para los ahogos dar vasos de agua).en el trato diario, en su soledad.
Toda la campaña para que los niños salgan a la calle (Cataluña quiere en diez días que puedan salir y el Defensor del Pueblo se suma a la idea aunque los expertos creen que aún es un riesgo evidente) no se puede hacer con los más afectados por el virus: los mayores. Pero los efectos secundarios, en soledad, en falta de movilidad, en capacidad para sobrevivir al día a día nos ha puesto ante el espejo de la realidad de nuestros mayores. Los grandes olvidados muchas veces por una sociedad que va muy deprisa.
En este sentido, la realidad indica que volverán a ser ellos, los mismos que sostuvieron a los hogares en la crisis de 2008 los que de nuevo sean los más daminificados por el coronavirus. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha reconocido este viernes que confinar a las personas mayores hasta el verano es una medida que está sobre la mesa, al igual que permitir que los niños salgan a la calle a dar un paseo.
"Están sobre la mesa, ahora, y lo estaban hace unos meses", ha dicho Simón en la rueda de prensa telemática posterior a la reunión del comité de seguimiento del coronavirus, en la que ha respondido a si los técnicos están valorando que las personas mayores de cierta edad no salgan de casa hasta después del verano y a la propuesta de Cataluña de dejar salir a los niños de forma ordenada en un plazo de 10 días.
Simón ha recordado que hay decretadas unas restricciones de movilidad "muy importantes" hasta el 26 de abril y antes de ese día el Gobierno tendrá que tomar alguna decisión. Las dos medidas -mayores y niños-, ha explicado, "son opciones de progresión hacia la fase de transición que todos estamos considerando", si bien ha precisado que el problema está en la coordinación de todas las medidas, que hay que aplicar de forma "coherente y lógica y, sobre todo, aplicarlas de verdad". A su juicio, hay situaciones que sobre el papel son muy recomendables, pero que luego la aplicación puede ser muy complicada.
"Puede quedar muy bonito sobre el papel, pero hay que ser capaces de ejecutarlo correctamente", ha dicho Simón, quien ha insistido, no obstante, en que las medidas sobre los niños y los mayores "están sobre la mesa" y que se aplicarán en la medida que los diferentes grupos de trabajo vayan considerando.