Multitud de niños y adolescentes, pero también adultos, positivos en COVID-19 están presentando lesiones de color púrpura (muy similares a las de la varicela, el sarampión o los sabañones) que se suelen manifestar en torno a los dedos de los pies y que, normalmente, curan sin dejar marcas en la piel. Por ello, el jueves, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos abrió un registro de posibles casos para su correcto tratamiento sanitario y a efectos epidemiológicos y científicos. Pero, ¿qué debemos hacer si detectamos que los más pequeños o nosotros mismos tenemos este tipo de erupciones cutáneas?
En primer lugar, cabe destacar que el registro se inició el jueves tras un hallazgo en múltiples países, entre ellos España, que comenzó a extenderse en el ámbito sanitario entre dermatólogos y podólogos el miércoles. Por ello, dado el poco tiempo transcurrido, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos advierte de que “aún no se puede hablar de evidencia científica.
No obstante, insta a sus Colegios y a sus colegiados a estar muy atentos porque este puede ser un signo de detección del COVID-19 que puede ayudar a evitar el contagio a la vez que quiere transmitir un mensaje de tranquilidad a los padres y posibles afectados, dada la benignidad de las lesiones y recordar que deben vigilar la aparición de los demás síntomas clínicos característicos del coronavirus, como la tos, la fiebre, la dificultad respiratoria, etc.
En este sentido, el Consejo de Colegios recomienda seguir el siguiente protocolo ante la detección de eritemas en los pies (pequeños enrojecimientos e inflamación de la piel que, fundamentalmente, se están manifestando en la zona de los dedos) que se están manifestando en pacientes positivos tras la realización de una PCR. “Son similares a los sabañones y pueden aparecer de forma aislada (única) o varias en el mismo paciente”, aclaran.
Por tanto, “si se tiene noticia de un paciente que presenta estos signos, en forma de erupciones cutáneas, y no tiene una historia clínica previa de traumatismo, picadura o quemadura, para evitar un alarmismo infundado es muy importante realizar un diagnostico diferencial para determinar si este caso, puede ser compatible con un caso de COVID-19 positivo”.
En el caso de que esto se detecte por parte de lo padres o familiares en niños, se le debe mantener “en cuarentena, aislado, y puede aplicarse un corticoide tópico y llevar una control de temperatura, siempre con la tranquilidad de que se trata de lesiones benignas con evolución favorable, pero actuando con precaución al ser un posible portador asintomático”.
Si el caso llega a la consulta o clínica podológica – actualmente cerradas salvo para atender las urgencias siempre si tienen equipos de protección individual y unas condiciones mínimas de seguridad para los pacientes y para sus profesionales- “se recomienda hacer un diagnóstico mediante telemedicina: cuando los padres detecten estos signos deben enviar una o varias fotografías a la clínica podológica”.
A estos mismos avisan de que “solo se recomienda visitar al paciente en la consulta podológica si existen garantías de seguridad para el paciente, los familiares y los profesionales que lo atiendan”. Además, “la clínica debe hacer un registro del caso y notificarlo a su Colegio para agregarlo al registro general de casos que ha abierto el Consejo General”.
Por último, inciden en que “para evitar contagios en los afectados y sus familias, no se recomienda acudir a los centros de atención primaria y hospitales solo por la aparición de estas lesiones dermatológicas”.