Se trata de una de las enfermedades de la piel más frecuentes: la psoriasis es una dolencia que acelera el ciclo de vida de las células cutáneas y que provoca que éstas se acumulen rápidamente en la superficie de la piel. El resultado son escamas y manchas rojas que provocan picor e incluso dolor. ¿Cuáles son sus causas y síntomas de la psoriasis, y qué tratamientos son aconsejables?
La psoriasis es una enfermedad crónica que suele aparecer y desaparecer en distintos momentos de la vida del paciente, y que puede ser tratada para reducir sus efectos, pero con carácter crónico. Así, cuando se trata una psoriasis, la meta es detener el crecimiento acelerado de las células cutáneas, pero partimos de la base de que, a día de hoy, no existe una cura para esta enfermedad cutánea, si bien sus síntomas sí se pueden controlar.
Además, la constancia en el mantenimiento de ciertas rutinas puede ayudar a reducir los síntomas. Por ejemplo, aplicarse crema humectante, evitar el tabaco, controlar el estrés... son hábitos útiles que ayudan a reducir la aparición de psoriasis.
Esa enfermedad se manifiesta de distintas formas en cada persona. En general, se puede considerar que son signos o síntomas de la psoriasis las siguientes anomalías cutáneas:
Sobre todo, las dimensiones y zonas afectadas pueden ser muy variadas. Las manchas de psoriasis pueden ir desde unos pocos puntos de escamas similares a la caspa hasta erupciones importantes que abarcan zonas grandes. Un rasgo común es que la mayoría de los tipos de psoriasis conlleva ciclos: un brote puede durar semanas o meses para reducirse luego, o incluso remitir totalmente hasta el siguiente brote.
Además, es importante tener en cuenta que existen diferentes tipos de psoriasis, con distintos síntomas. Según recuerda Mayo Clinic, estos son algunos de ellos:
En cualquier caso, ante cualquiera de estos síntomas es conveniente visitar a un médico para ser diagnosticado y aprender a controlar la enfermedad. Sobre todo, no dejes de acudir a un profesional si la enfermedad te causa molestias y/o dolor, si dificulta tu día a día, si te genera molestias estéticas... También, aunque ya conozcas tu diagnóstico, acude a un profesional si los síntomas se agravan, e intenta reducir el estrés y mantener hábitos saludables.
En cuanto a las causas de la psoriasis, no se conocen por completo, pero se cree que está relacionada con un problema del sistema inmunitario con las células T y otros glóbulos blancos del cuerpo llamados neutrófilos. Así, lo habitual es que las células T se desplacen por el cuerpo para combatir sustancias extrañas, como virus o bacterias. Los pacientes de psoriasis serían aquellos cuyas células T atacan células sanas de la piel por error, como si curaran una herida o combatieran una infección.
Las células T hiperactivas también provocan un aumento en la producción de células cutáneas sanas, más células T y otros glóbulos blancos, en particular, los neutrófilos. Así, se genera un ciclo continuo en el cual células cutáneas nuevas se desplazan a la capa más externa de la piel demasiado rápido, es decir, en días en lugar de semanas, acumulándose y formando manchas gruesas y escamosas en la superficie de la piel; este proceso continúa hasta que el tratamiento detiene el ciclo.
Los investigadores creen que tanto los factores genéticos como los ambientales influyen en esta enfermedad. De hecho, los factores ambientales como el estrés, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la falta de vitamina D... son grandes desencadenantes de la psoriasis.