La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recuerda que alimentarse bien es importante para la salud y, ante la actual situación de confinamiento por el coronavirus que reduce la movilidad de la población, ha hecho hincapié en que estos días se lleven a cabo una buena alimentación y para ello aconseja planificar menús y cambiar fritos y bebidas azucaradas por frutas y verduras, entre otras medidas para evitar el aumento de peso.
El primer consejo es planificar los menús, una organización semanal o quincenal del menú ayuda a realizar una compra de los productos necesarios "evitando la improvisación con alimentos más calóricos". Por otro lado, señalan, "hay que tener en cuenta el número de comensales y las raciones que se van a preparar, dado que estos días no se recibirá visitas".
Hay que evitar el abuso de alimentos ultraprocesados. Admite que son menos perecederos, "por lo que se puede caer en la tentación de incluirlos en la cesta de la compra"; también evitar refrescos azucarados, por lo que aconseja sustituir las bebidas gaseosas o zumos con alto porcentaje de azúcar por agua, café o infusiones.
Por otro lado, expertos reunidos en el XI Curso Avanzado en Obesidad organizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en colaboración con Novo Nordisk, han recordado que prevenir y tratar la obesidad es clave para evitar las patologías y comorbilidades "graves" asociadas.
"Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años hacen que cada vez vayamos entendiendo mejor nuevos mecanismos de porqué se produce la obesidad, tanto la influencia de la genética como de factores ambientales. Esto es clave para el descubrimiento de nuevos fármacos que actúen de forma efectiva mejorando lo que es tan difícil de conseguir sólo con dieta y ejercicio", ha dicho la coordinadora del encuentro y vocal de la Junta Directiva de SEEDO, Gema Medina-Gómez.
En este sentido, la jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y secretaria general de la organización, Susana Monereo, ha explicado que el abordaje de la obesidad pasa por intervenir directamente en los mecanismos de control del apetito como por ejemplo, controlar la dieta, reducir la ingesta de alimentos menos saludables de alta densidad calórica, al tiempo que se hacen cambios en la conducta alimentaria, que reduzcan la ansiedad por la comida y poder mantenerlo en el tiempo.
Una gran parte de la población tiende a comer alimentos con alto contenido calórico tras una noche de insomnio, o cuando existe falta de sueño. Investigadores de la Northwestern Medicine en Estados Unidos han descubierto por qué cuando no se duerme suficiente se suelen elegir alimentos con más contenido en grasas y azúcares, y cómo ayudar a frustrar esas elecciones poco saludables.
Según el estudio, la culpa es de la nariz, o mejor dicho, del sistema olfativo, que se ve afectado de dos maneras por la falta de sueño. Primero, entra en hiperimpulsión, agudizando los olores de los alimentos para el cerebro para que pueda diferenciar mejor entre los olores alimentarios y no alimentarios. Pero luego hay un colapso en la comunicación con otras áreas del cerebro que reciben señales de alimentos. Y con eso, las decisiones sobre qué comer cambian.
"La obesidad no solo es un aumento de peso, es un aumento anormal de grasa corporal, no solo de grasa subcutánea, sino también de grasa que se acumula en órganos vitales como el corazón, el hígado, riñón y los músculos produciendo un deterioro progresivo de sus funciones", ha apostillado el coordinador del curso y vocal de la junta directiva de la SEEDO, Fernando Goñi.
Así, según ha concretado la doctora Medina-Gómez, hay "más riesgo" de desarrollar, entre otras, enfermedades cardiovasculares, renales, diabetes, apnea del sueño e incluso cáncer. "Unas patologías graves que limitan la calidad y la cantidad de vida de la persona obesa, es decir, viven peor y menos años. Además, la obesidad también genera otros problemas importantes a nivel psicológico, socio laboral, estético y de movilidad. Razones más que suficientes para prestar atención a esta patología", ha añadido la doctora Monereo.
El 95 por ciento de las personas que intentan adelgazar solas "fracasan" porque "no pueden controlar su apetito", por lo que "cada vez más gente recurre a especialistas", según el director de la Unidad de Endoscopia de la Obesidad del Hospital Universitario HM Sanchinarro, Gontrand López-Nava, para quien la clave radica en controlar el hambre y la ansiedad.
"Es casi imposible que una persona que está acostumbrada a comer sin restricciones consiga mantener en el tiempo una dieta que reduce drásticamente las cantidades y el tipo de alimentos", ha explicado el especialista. "Si no le ayudamos a reducir su apetito y controlar la ansiedad por comer, tarde o temprano volverá a sus antiguas costumbres y a su peso inicial, con la frustración y sentimiento de fracaso que esto implica".
Actualmente, tal y como afirma el experto, es posible aumentar la sensación de saciedad modificando la forma del estómago con técnicas endoscópicas, es decir, sin cirugías, incisiones ni cicatrices, mediante un abordaje a través de la boca del paciente.
De esta manera, continúa, el apetito se reduce "considerablemente" y es "mucho más sencillo" sobrellevar la dieta. "Es una técnica muy segura, que no requiere anestesia, sino una ligera sedación con la que el paciente vuelve a su vida normal en menos de 24 horas", ha expresado López-Nava.