Las alergias no son solo de la primavera. A menudo los estornudos y la mucosidad o el asma nos molestan en invierno y lo achacamos a los resfriados erróneamente. Las cupresáceas podrían tener la culpa de tu malestar. Si donde vives abundan los cipreses o las arizónicas, quizá te estén afectando los altos niveles de polen. ¿En qué zonas son más elevados estos días?
Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las cupresáceas son la tercera causa de alergia al polen en España, después de las gramíneas y el olivo. Y es precisamente ahora cuando estos pólenes están proliferando.
Los cipreses y las arizónicas son cada vez más frecuentes en parques y jardines comunitarios, principalmente porque crecen rápido, son de hoja perenne y dan mucha sombra. Su polinización no depende de las precipitaciones, como sucede por ejemplo con las gramíneas.
"La polinización de las arizónicas y cipreses suele coincidir con la floración de los almendros, y muchas personas achacan lo síntomas a estos", decía en nota de prensa el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de SEAIC. Recientemente estamos viendo precisamente las primeras floraciones de los almendros.
Según los datos de SEAIC, actualmente las comunidades autónomas donde los niveles de polen de cupresácea están en nivel rojo –alto– o naranja -medio– con Castilla y León, País Vasco, Navarra, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía.
Los niveles más altos se registran en Cataluña y Andalucía, llegando a superarse los 2.000 granos por metro cúbico en Barcelona y los 5.000 en Córdoba.
Desde SEAIC apuntan que, aunque los síntomas son similares, la duración y tratamiento de un catarro y una alergia son totalmente diferentes, por eso es importante distinguir.
Para ello, informan: “Los catarros duran entre 5 y 7 días y se asocian a congestión nasal y secreción densa. Suelen venir acompañados de fiebre, malestar general o dolor de garganta. Por otro lado, la sintomatología de la alergia se concreta en picor de ojos y nariz, enrojecimiento ocular y secreción nasal clara. Además, dura varias semanas y los síntomas varían en intensidad, dependiendo de la exposición alergénica”.
Desde SEAIC aconsejan, lo primero, acudir al médico si sabemos que somos alérgicos a las cupresáceas o sospechamos que podemos serlo. Otras prácticas para llevarlo mejor es usar mascarilla y gafas de sol, ventilar la casa durante cinco minutos tras caer el sol, puesto que en las horas centrales del día la polinización es mayor, circular con las ventanillas del coche subidas y, si vamos a hacer deporte al aire libre, evitar parques y jardines donde abunden las arizónicas y el ciprés.