Gazprom es la principal compañía rusa y la empresa de gas natural más grande del mundo. Aunque es de carácter privado, el Estado de Rusia controla la mayor parte de su capital. Esta empresa es clave en los ingresos del país, y la suspensión del Nord Stream 2 por parte de Alemania podría suponer un varapalo en su economía.
El 40% del gas natural que se consume en Europa procede de Rusia. Sin embargo, las actuaciones del país en los últimos días, con el reconocimiento de la independencia de Lugansk y Donetsk, ha supuesto la imposición de sanciones al país por parte de la Unión Europea. Alemania ha sido uno de los primeros países en concretar estas acciones suspendiendo la certificación del gasoducto Nord Stream 2.
Es un gasoducto de 1.230 kilómetros que conecta los dos países y que sirve para transportar gas natural hasta la costa alemana por debajo del mar Báltico. El gasoducto se ha construido en paralelo al anterior, el Nord Stream y permitiría duplicar su capacidad. El conducto ya está construido y lleno de gas, pero todavía no se encontraba en funcionamiento.
El último paso para la puesta en marcha del conducto era la presentación de un informe sobre cómo el conducto afectaría a la seguridad energética de la zona. Ahora Scholz ha bloqueado su aprobación retirando este informe por las últimas acciones de Rusia, exponen en La Voz de América.
Gazprom es la principal compañía de Rusia y la empresa de gas natural más grande del mundo. Es una de las empresas estratégicas del Gobierno de Vladimir Putin, pues sus ingresos son claves en el país. La empresa fue creada en 1989 y aporta el 60% del gas consumido en Austria o el 35% del utilizado en Alemania.
Además, la compañía era la principal accionaria del Nord Stream I y es la propietaria única del Nord Stream II. Este gasoducto tiene especial importancia para el país gobernado por Vladimir Putin, porque supone una forma de enviar gas natural a Europa sin tener que pasar por Ucrania y Polonia, recorrido que hacen el resto de gasoductos existentes.
La ofensiva alemana supone un duro golpe para el Kremlin, que podría ver un descenso de sus exportaciones de gas. Alemania, por su parte, asegura que, aunque al principio se produciría un alza de los precios, el gas comprado a Gazprom podría ser compensado por otros proveedores de energía.