Son días difíciles para los ciudadanos rusos y ucranianos, aunque no se encuentren dentro de las fronteras de ambos países. Tras los tambores de guerra que desde hace semanas resuenan con fuerza, la tensión entre ambos países cada día parece recrudecerse más y traspasa cualquier límite físico.
En España, los ciudadanos de origen ruso y ucraniano no son muy numerosos pero asisten, desde aquí, a los últimos acontecimientos con mucha preocupación. En varias localidades de nuestra costa ambas comunidades viven y conviven en completa armonía. Maryana Kasiv, ucraniana, acaba de venir de allí. Y es ahora cuando se preocupa. "Desafortunadamente, allí está normalizado", afirma.
En las costas de Málaga y Alicante están las mayores colonias de las dos nacionalidades. De momento la relación no sufre. Angelica Kobzarenko, en su pequeño restaurante en Torrevieja no se lleva mal con nadie: "Yo tengo que estar con ucranianos y rusos y todo (está) bien". Porque los problemas van más allá de la convivencia con personas de otro país. Como confiesa Maryana, el conflicto "no es directamente con otras personas".
Tatiana Semenova, rusa, cree que en una guerra todos van a sufrir: "Las dos partes van a estar mal, porque va a morir gente de todos lados". Una relación que, a la espera de lo que los grandes dirigentes decidan, ahora está a prueba.