ETA se cuela otra vez en una campaña electoral. La presencia de terroristas condenados, siete de ellos por asesinatos, en las listas electorales de Bildu para las elecciones del 28 de mayo se ha convertido en el foco de la batalla política a unas horas de que arranque oficialmente la campaña a las 12 de esta noche. Un tema especialmente sensible que incomoda profundamente al Gobierno y al PSOE cuando está intentando centrar su estrategia en la gestión económica y los anuncios de medidas sociales y que la derecha ha puesto en la primera línea de su ofensiva, munición pesada para atacar a Pedro Sánchez.
No es la primera vez que la izquierda abertzale mete en sus candidaturas a terroristas. Lo que marca la diferencia ahora para el PP, Vox y Ciudadanos es que EH Bildu, la coalición que engloba a fuerzas de izquierdas y soberanistas vascas y navarras, es uno de los socios del Gobierno de coalición. La derecha ha utilizado desde el inicio de la legislatura el apoyo parlamentario de los 5 diputados independentistas en leyes clave para acusar a Sánchez de colocar a "los herederos de ETA" en la dirección del Estado como un aliado preferente.
Esos pactos pueden pasarle factura al PSOE en las urnas en algunos territorios como Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura donde sus electores más tradicionales, que vivieron los asesinatos de la banda terrorista, no comparten la estrategia del presidente de apoyarse en esos votos para su ejercer la acción del Gobierno.
Para el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, hacer descansar la presidencia del Gobierno en Bildu forma parte del sanchismo que se propone derogar si llega a La Moncloa. "Nada nuevo bajo el sol", sostiene el diputado y candidato del PP a la Alcaldía de Pamplona, Carlos García Adanero, que subrayó que Batasuna, considerada el brazo político de ETA e ilegalizada en 2003, siempre ha llevado a etarras en sus listas. Lo que ha cambiado es que ahora Sánchez "es presidente gracias a ellos".
Bildu forma parte del llamado bloque de investidura que ha dado estabilidad al Gobierno en estos años, pero el PSOE no selló ningún pacto concreto. Los cinco parlamentarios se abstuvieron en la votación de la investidura de Sánchez y facilitaron su elección como presidente del Gobierno en 2019. A partir de ahí, los independentistas vascos han participado con normalidad en las negociaciones cada vez que el Ejecutivo ha necesitado apoyos para sacar iniciativas adelante. Aunque sus votos no son necesarios si el PSOE suma a ERC, lo cierto es que las dos formaciones han ido prácticamente de la mano durante toda la legislatura.
Bildu, que votó en contra de la reforma laboral, ha aprobado los tres presupuestos generales del Estado y ha presumido de arrancar al Gobierno compromisos sociales. También facilitó con su abstención las prórrogas finales de los estados de alarma durante la pandemia. Una de las últimas leyes que ha apoyado ha sido la de vivienda. Fueron diputados de Bildu y de ERC los que anunciaron el acuerdo con el Ejecutivo para desbloquear la norma y los que hicieron públicas las líneas maestras de la ley.
Horas antes de que comience la campaña, la estrategia de unos y otros ha sido evidente. El PP le reprochó esas listas a Sánchez en la sesión de control del Congreso mientras el presidente y sus ministros optaron por el silencio. Solo el portavoz parlamentario del PSOE y exlehendakari, Patxi López, sin entrar tampoco en el fondo del asunto reconoció a las claras que "no le gusta nada".
El jefe del Ejecutivo, en una respuesta al PNV sobre la muerte de Mikel Zabalza en 1985, sí hizo una referencia general a la utilización del terrorismo y reivindicó que todos deberían estar orgullosos del fin de ETA, a su juicio, uno de los acontecimientos más "anhelados y destacables" de la democracia. "Yo desde luego no voy a utilizar jamás el drama del terrorismo para dividir a la sociedad, tampoco para enfrentarla, no lo voy a hacer ahora, otros sí lo han hecho". Un mensaje con un destinatario claro. El presidente recordó que "se derrotó a ETA" y ya se han cumplido cinco años desde su disolución y desaparición definitiva y casi doce desde que anunciase el cese de su actividad armada.
La polémica saltó cuando COVITE, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo, denunció que 44 personas que integran las listas de EH Bildu en el País Vasco y Navarra estuvieron condenadas en el pasado por pertenencia y colaboración con ETA. Siete de ellos por asesinatos cometidos en la década de los 80 y 90. Alguno con condenas de hasta 30 años de prisión como Juan Ramón Rojo González, número 21 de la lista a la alcaldía de Irún. El Colectivo lamenta que incluso van en las listas con el apodo que tenían en ETA, como es el caso de Agustín Muiños Dias, 'Tinin' y el de José Antonio Torre Altonaga, 'Medius'.
Su presidenta Consuelo Ordoñez, hermana del concejal asesinado por ETA Gregorio Ordoñez, denunció el peligro que supone para una democracia que personas con un historial criminal puedan llegar a ocupar cargos públicos al permitir que "las puertas giratorias" de los terroristas sean la política.
Fue la número dos del PP, Cuca Gamarra, la que le sacó a Sánchez la foto de esos etarras en el Congreso para recriminarle sus "pagos" a Bildu para mantenerse en el poder. "Estos son sus socios, este es el cartel electoral con el que se presenta el PSOE", le espetó. Minutos después fue la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, la que se quejó de que el presidente trate peor a su partido que a Bildu. Para Vox, la presencia de esos terroristas demuestra que llamar "filoetarras" a los miembros de la coalición como normalmente hace el partido de Santiago Abascal es quedarse corto porque son directamente "etarras".
Enfrente se ha situado Podemos y otros partidos independentistas como ERC. La ministra de Igualdad, Irene Montero, considera que la formación abertzale es un "partido democrático" que elige a los candidatos que considera oportunos para una contienda electoral según los procedimientos legales. Gabriel Rufián subrayó que "ETA no existe desde más de una década, y eso no es opinable, es pura información" mientras que el fascismo sigue existiendo. Para Rufián la izquierda abertzale hace política y es una fuerza importantísima en Euskadi, "guste más o guste menos".
El Gobierno de Navarra se apresuró a aclarar que si esas personas están en las listas es porque las juntas electorales que han proclamado las candidaturas consideran que su presencia como elegibles por los ciudadanos cumple la ley.