El Gobierno aprovecha la moción de censura de Tamames para presentar el ticket electoral de la izquierda: Pedro Sánchez-Yolanda Díaz
Sánchez, en una estrategia "sincronizada" con Díaz, regala a la vicepresidenta el foco de la réplica a Tamames a tan solo unos días de la presentación de Sumar ante la presión de Podemos
Tanto el presidente como Díaz reivindican la coalición progresista y denuncian que la moción de Vox intenta volver al pasado y "tumbar" al Gobierno para impedir los avances sociales
Pedro Sánchez carga contra la "indecente" abstención de Feijóo, vincula al líder del PP con Vox y alerta de los futuros gobiernos de los populares con la ultraderecha
"¿Qué es lo que nos reúne hoy aquí?", llegó a preguntarse el presidente del Gobierno cuando el debate se adentraba en su tercera hora y cuarenta y cinco minutos. Era fácil perderse en una moción de censura tan extravagante. Incluso al propio candidato de la moción, Ramón Tamames, se le olvidó decir a qué venía al Congreso, a pedir adelantar las elecciones generales al 28 de mayo, siete meses antes de que toquen. Pero esa era la pregunta: “¿Qué nos reúne hoy aquí?” ¿Qué cabía esperar de la segunda moción de censura presentada por la extrema derecha de Vox con un candidato que roza los 90 años, el otrora comunista Ramón Tamames?
"¿Qué nos reúne hoy aquí?": “Un disparate, un circo, una chirigota, una patochada, un esperpento”, decía Abascal tirando de los calificativos que se le han dedicado en estos días a su propuesta de moción. Inmediatamente la justificaba: "No hay mayor esperpento que esta legislatura”. La mayor incógnita de la sexta moción de censura de la democracia no es el resultado -solo se espera el apoyo de los 52 diputados de Vox. Tampoco era una incógnita el discurso de Tamames, filtrado a eldiario.es con siete días de antelación: críticas a Sánchez por sus "cesiones a los separatistas", por las leyes de memoria histórica y porque su Gobierno "no respeta la división de poderes". No llegó a decir que el Ejecutivo de Sánchez se comporta como una "autocracia absorbente" -como figuraba en su borrador- pero sí repitió uno de los mantras históricos de la extrema derecha: "1934 fue el comienzo de la Guerra Civil", cuando el socialista Largo Caballero jaleó la revolución de Octubre, y no el 18 de julio de 1936.
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No, la incógnita no era el discurso de Tamames. La incógnita era cómo le respondería el Gobierno. Y la incógnita quedó despejada a lo largo de la mañana. El 21 de marzo se ha presentado en el hemiciclo el cartel electoral de la izquierda para las próximas elecciones: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. El candidato del PSOE y la candidata a la izquierda del PSOE. Ambos han exprimido al máximo la ocasión que les brindaba Vox ante un Tamames enmudecido, sin datos ni apenas fuerzas para replicar. Una ocasión de oro para activar el voto desmovilizado de la izquierda que detectan los sondeos.
Solo si suman fuerzas pueden tener la oportunidad de revalidar un Gobierno de coalición que, según Díaz, “queda para mucho tiempo”. La moción de censura de Vox ha sido la oportunidad que Sánchez le ha regalado a Yolanda Díaz cuando más presionada se sentía por Podemos a tan solo unos días de presentar Sumar y anunciar su candidatura a las generales. ¿Cómo entender si no que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo reivindique políticas que exceden a su ministerio y agradezca su labor uno a uno a todos los ministros del Gobierno, incluidas aquella con las que ha mantenido una relación más tensa como la vicepresidenta Calviño a sus actuales némesis Ione Belarra e Irene Montero?
Sánchez y Díaz, estrategia "sincronizada"
No solo el cartel. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz también han compartido argumentario. Ambos han planteado una especie de distopía neoliberal y reaccionaria como alternativa a su Gobierno. Un anticipo de los que será su mensaje de campaña a todas horas, en todas partes durante nueve meses. ¿Qué habría sido de este país si hubiera gobernado la derecha en tiempos de pandemia, guerra e inflación? ¿Qué habría pasado con los ERTES, el nivel adquisitivo de las pensiones, el tope al gas, la reforma laboral, la subida del SMI…?, se preguntaban al unísono Sánchez y Díaz
No cuesta imaginarlo, coincidían Sánchez y Yolanda Díaz, basta con que piensen en “los siete años de políticas neoliberales de Rajoy”. Su nombre se ha citado tantas o más veces que el de Feijóo, al que Sánchez ha vinculado una y otra vez con la moción de Vox. Fuentes de Moncloa han reconocido que esa estrategia parlamentaria estaba "sincronizada" y presumían de haber conseguido sus objetivos: explicar la acción del Gobierno, contrastar su modelo con el del PP y vender la cohesión de la coalición.
Sánchez lo tenía fácil. “No creo que esta haya sido la mejor idea que ha tenido en su vida", le soltó a Tamames. "Usted no interviene en nombre del PCE o del CDS", le espetó Sánchez recordando su paso de uno a otro partido. "Quienes impulsan la moción de censura son los sucesores de Blas Piñar". A Tamames no le hizo ninguna gracia la comparación con el líder ultraderechista en la transición.
Sánchez alerta de los pactos entre el PP y Vox
La sesión interminable fue un suplicio para Tamames. Que Sánchez y Abascal se enzarzaran en un debate-prólogo de dos horas y cuarenta minutos tuvo un punto de crueldad con el anciano Tamames. Agotó su paciencia hasta el punto de que cuando Sánchez respondía uno a uno a los puntos ‘agrarios’ de su discurso, Tamames no se pudo aguantar e interrumpió al presidente porque no podía venir a soltar “un tocho de 20 folios”.
Uno de los ejes del discurso de Sánchez, además de hacer un repaso exhaustivo a las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno, fue cargar contra la "indecente" abstención de Feijóo, ausente del debate, "un pago en diferido" a Vox. El presidente ha vuelto a agitar el fantasma del miedo a la derecha y ha alertado de los futuros pactos del PP con Vox tras las elecciones. Sánchez plantea que frente a un Gobierno progresista solo hay uno de Feijóo con Abascal. Para el presidente el único propósito de la moción es "tumbar" al Gobierno y sus avances sociales para que España retroceda 10 años.
El antiguo profesor de Economía llegó ya desfondado a las réplicas. “Pienso sinceramente que esta moción de censura será útil”, dijo Tamames tras la respuesta de una hora y cuarenta minutos que le dio Sánchez. “Servirá para cambiar el reglamento de la cámara y poner tiempos”. Pero el candidato acertó de pleno en su escueta réplica a la intervención de Yolanda Díaz: “Ha sido un discurso de presentación de un proyecto político. No habrá más comentarios por mi parte”. Fue lo último que dijo Tamames. Ya no habló más en la primera jornada de la moción. No respondió al resto de grupos parlamentarios que finalizarán este miércoles sus discursos.