Segundo día de sesión en el juicio por el fichaje de Neymar Júnior por parte del Fútbol Club Barcelona, una operación sobre la cual pesa la sombra de un caso de corrupción y estafa que podría incluso llevar a la estrella de la ‘canarinha’, actualmente delantero del Paris Saint-Germain, a una pena de cinco años de cárcel.
Ayer arrancó la vista en la Audiencia de Barcelona, donde declararon los primeros testigos y hoy, –a petición de María Massó, la abogada del brasileño, quien ayer pidió adelantar la fecha del interrogatorio–, Neymar ha respondido ante las acusaciones que apuntan que pudo esconder parte de los pagos que recibió por su fichaje.
También sus padres, los cuales recibieron partes de las transferencias del club catalán como parte del fichaje, así como los expresidentes blaugranas Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, que en ese momento era el vicepresidente primero del club, están acusados por presunta corrupción y estafa.
En la causa, además, está personado como acusación el grupo Dis, propietario del 40% de los derechos federativos del jugador y que se ve perjudicada por no haber percibido la cantidad que le correspondía en el traspaso.
Sentado en el banquillo… de los acusados, en sus declaraciones Neymar ha negado que participara en las negociaciones de su fichaje por el Fútbol Club Barcelona desde el Santos brasileño; una transacción que se acometió en el ya lejano 2013.
“Se encargaba mi padre. Yo firmo lo que él me dice”, ha declarado, optando por contestar solo a las preguntas de la Fiscalía y su defensa.
A este respecto, el delantero brasileño ha insistido en desentenderse de todo lo relacionado con las negociaciones del contrato que firmó en 2011, comprometiéndose a recalar en el club en 2014. También se ha desvinculado, en este sentido, de la renovación que había firmado antes con el Santos FC, que le supuso aumentar la cláusula de rescisión, pero acortar el plazo para que terminara en 2014 en lugar de 2015.
En el marco del interrogatorio, tras preguntarle si otros clubes intentaron ficharlo entre 2011 y 2013, cuando ya se había comprometido con el Fútbol Club Barcelona pero seguía jugando en el Santos FC, el exblaugrana ha contestado: “Sabía de los rumores de otros clubes que querían ficharme, pero mi sueño era jugar con el Barcelona”.
“La verdad es que tenía opciones, muchos clubes querían que fuera a jugar ahí, pero mi sueño siempre fue jugar en el Barça. Mi sueño siempre fue jugar ahí, desde niño”, ha señalado, en unas palabras corroboradas también por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, quien ha declarado como testigo este martes, explicando que su club negoció con el jugador para ficharlo pero que el delantero quería jugar para el conjunto catalán.
Concretamente, Florentino ha concretado que en 2011 le ofrecieron 45 millones por el total del fichaje y que en 2013 el club subió la oferta, fijando en 36 millones solo la parte relativa a los derechos federativos.
"Los jugadores van donde ellos quieren y en ese caso yo creo que Neymar quería ir al Barça", ha contestado al preguntársele por qué el jugador no fue al Real Madrid a pesar de esta oferta.
La Fiscalía reclama una condena de dos años de cárcel para Neymar por estos hechos, así como cinco para el entonces presidente del Barça, Sandro Rosell. Además, para ambos pide una multa de 10 millones de euros, al igual que la exige también para el padre del jugador.
Para el representante del Santos FC acusado, el fiscal pide por su parte tres años de cárcel por presunta estafa, y también acusa al FC Barcelona como persona jurídica reclamando una multa de 8,44 millones de euros por presunta corrupción en los negocios y estafa, mientras que la multa que reclaman para el club brasileño asciende a siete millones.
En paralelo, el grupo Dis reclama condenar a Neymar y a sus padres a cinco años de cárcel y a una multa de 159 millones, además de inhabilitarles como representantes de deportistas o, en el caso del futbolista, como jugador.
Además, para Rosell y Bartomeu, piden cinco años de prisión, seis años de inhabilitación como directivo y como administrador de empresas, y una multa de 195 millones de euros.