Ya ocurrió el año pasado y el anterior. Los incendios de verano y otoño cada vez son más masivos en California y la devastación es evidente incluso desde el espacio. Cuando llegan las lluvias rondando Acción de Gracias, en noviembre, hay quien lo recibe como una bendición del cielo que apagará las llamas sin más. Pero viene con un doble filo: dispara el riesgo de deslizamientos de tierra.
Los deslizamientos de tierra son un viejo conocido para algunos condados próximos a las montañas de California. Mucha lluvia en poco tiempo, en una zona donde las laderas conducen el agua hacia abajo, es un peligro. Si encima sumas un paisaje devastado por los incendios, tendrás un suelo muy poco permeable, con que favorecerá la escorrentía.
El fuego ha quemado árboles y todo tipo de vegetación, que son ahora escombros y cenizas que cubren el suelo. Esto complica que pueda absorber el agua de lluvia y lo convierte en una superficie deslizante. Por tanto la precipitación no se filtra al suelo y discurre por encima de él, y además recoge a su paso los escombros que se encuentra en el camino cuando son lluvias muy fuertes.
“De esta manera, las laderas se vuelven vulnerables a la erosión y pueden derrumbarse en un torrente de lodo, rocas y ramas muertas como rápidos de aguas bravas, destruyendo hogares”, como explicaba el año pasado ‘Los Angeles Times’ tras un temporal de precipitaciones como el que amenaza ahora a California.
"Es imperativo que actuemos rápidamente para salvar vidas educando a nuestra comunidad sobre los riesgos de los flujos de escombros y el único medio eficaz de protección: la alerta temprana y la evacuación ", le dijo Carolyn Burke, una ingeniera del condado de Santa Cruz, al 'Santa Cruz Sentinel'. Es una de las áreas que más preocupan, junto con San Mateo, ambas en la región de la bahía de San Francisco.
La extensión quemada en esta zona de California es de más de 215 kilómetros cuadrados y el fuego ha devastado unos 1.500 hogares este año, informa ‘The Weather Channel’. Por ahora no se prevén lluvias en esta la costa oeste, pero si se dieran en noviembre, cuando son más frecuentes, las autoridades podrían tener que evacuar estos condados.