Un grupo de 14 científicos teme un mega-tsunami en un futro próximo provocado por deslizamientos de tierra masivos. Expresaron su preocupación en una carta abierta al Departamento de Recursos Naturales de Alaska (ADNR) en mayo de este año, detallando los motivos que les llevan a pensar que existe un riesgo inminente. Queda, advierten, entre uno y 20 años para que ocurra un desastre.
“Hemos identificado una ladera de montaña inestable sobre el pie del glaciar Barry en Barry Arm, 95 kilómetros al este de Anchorage, que tiene el potencial de colapsar y generar un tsunami”, empieza el documento. "Este tsunami podría impactar áreas frecuentadas por turistas, barcos pesqueros y cazadores”, continúa.
Los deslizamientos de tierra han provocado olas gigantes en otras partes de Alaska y Groenlandia durante la última década.
En Taan Fiord (Icy Bay, Alaska), un deslizamiento de tierra que comenzó a moverse lentamente hace décadas fracasó repentinamente en octubre de 2015. El tsunami resultante alcanzó elevaciones de 190 metros cerca del deslizamiento de tierra. Y no es el único precedente reciente.
En Karrat Fiord, al oeste de Groenlandia, un deslizamiento de tierra en junio de 2017 produjo de manera similar un tsunami que mató a cuatro personas y destruyó una gran parte de la ciudad de Nuugaatsiaq, a 30 km de distancia. Los aldeanos sobrevivientes aún no han regresado porque una pendiente cercana se está deformando y amenaza con derrumbarse.
La pendiente inestable en Barry Arm es mucho más grande que cualquiera de estos ejemplos y, por lo tanto, tiene el potencial de producir un tsunami más grande que podría tener impactos en todo Prince William Sound, dicen estos expertos.
Los desencadenantes de los deslizamientos de tierra pueden ser la lluvia intensa o prolongada, los terremotos, el clima cálido que impulsa el deshielo del permafrost, y la nieve o el hielo de los glaciares. Por lo general, los grandes corrimientos de tierra están precedidos por desprendimientos de rocas y otros signos de inestabilidad creciente.
La investigadora Chunli Dai, de la Universidad de Ohio, ha constatado en primera persona este riesgo: “Basándonos en la elevación del depósito sobre el agua, el volumen de tierra que se desliza en el glaciar Barry y el ángulo de la pendiente, calculamos que un colapso liberaría dieciséis veces más escombros y once veces más energía que el deslizamiento de tierra de Alaska en 1958 en la bahía de Lituya", opina en un comunicado de la NASA.
Aquel evento, que fue provocado por un terremoto de 7,8, arrojó millones de metros cúbicos de roca y desencadenó la que se cree que es la ola más alta (de 518 metros) en la historia moderna. Los testigos la con la explosión de una bomba atómica. Cuenta la NASA que “la enorme ola arrasó el suelo en un amplio anillo alrededor de la bahía y arrasó millones de árboles”.
Si el deslizamiento que prevén estos investigadores se diera, el tsunami resultante en Barry Arm podría producir olas de decenas o cientos de metros de altura. Otras bahías distantes, como el Canal Passage más densamente poblado (a unos 50 kilómetros de distancia), podrían ver olas de 9 metros.
Se cree que la pendiente comenzó a cambiar hace al menos 50 años, pero parece haberse acelerado entre 2009 y 2015, justo cuando el frente del glaciar Barry Arm se estaba retirando. "La pendiente probablemente se aceleró porque el glaciar que había estado sosteniendo la parte inferior de la pendiente se retiró", explica el geólogo Bretwood Higman. "Cuando el aumento de las temperaturas hizo que el hielo se retirara, la pendiente pudo moverse libremente".