Junio está siendo especialmente lluvioso. El año hidrológico, en cambio, está siendo inusualmente seco, lo cual nos ha dejado con suelos amarillentos y agrietados donde debería haber agua, agravando el riesgo de incendios para el verano y poniendo en peligro el suministro para regadío en algunas zonas de España. ¿Seguimos en sequía?
“A lo largo del mes de junio, hemos tenido abundantes chubascos y tormentas a lo largo de las primeras semanas, de manera que hasta el día 27 se habían acumulado en el conjunto de España 65 litros/m2”, repasa Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
“Esto es algo más del doble de lo que suele llover en el mes de junio completo, que son 32 l/m2”, apunta el experto. Es decir, ha llovido más del doble de lo que suele llover en un junio normal.
Sería el segundo junio más lluvioso del siglo XXI, solo superado por junio del 2010, cuando cayeron 69 l/m2. Aunque es posible que contabilizados los últimos días del mes acabe siendo el junio más lluvioso del siglo.
Es una buena noticia, “dada la sequía meteorológica que arrastrábamos y continuamos arrastrando”, dice.
Desde el 1 de octubre de 2022 hasta el 27 de junio, las precipitaciones continúan un 15 % por debajo de lo normal. “Desde que arrancó el año hidrológico han caído 471 l/m2 en España, cuando el promedio son 551 l/m2”, señala.
El déficit es más acusado en el primer semestre de 2023. “Se han recogido desde el 1 de enero 237 l/m2, cuando lo normal son 328 l/m2. Por tanto, ha llovido aproximadamente un 27 % menos de lo normal”, comenta.
El primer trimestre de 2023 constará entre uno de los ocho más secos de la serie histórica, que arrancó en 1961.
Para estas fechas, lo habitual es que los embalses en el conjunto de España estén en torno al 65 % de su capacidad total (según la media de los últimos 10 años). Pero en 2023, en estas fechas y ya adentrados en el verano, cuando las precipitaciones suelen escasear, la reserva de agua está al 47 %.
Para los próximos meses se prevé que llueva más de lo habitual en España, aunque las temperaturas serán más altas que el promedio, por lo que se producirá más evaporación, que favorece la sequedad de los suelos. La temporada de incendios podría ser complicada.
Las cuencas más afectadas son la del Guadalquivir y la del Guadalete-Barbate, que suministran a gran parte de Andalucía. Le siguen la cuenca del Guadiana, al 30 %, y las de Cataluña interior. Las localidades del entorno de estos ríos podrían sufrir por tanto restricciones al uso de agua si la situación se agrava.