¿Cómo reciclar bombillas viejas correctamente y dónde hay que llevarlas?

Reciclar las bombillas viejas que hayan dejado de funcionar es una manera de desarrollar una conciencia ambiental activa y una relación consciente con nuestro entorno. Es cierto que muchas de las de uso común han ido reduciendo progresivamente el impacto ambiental y el grado de contaminación que producen, pero todavía seguimos iluminando nuestras casas con modelos como las CFL (fluorescentes compactas) y algunos tipos de Led, que contienen metales pesados como el mercurio.

Saber cómo reciclarlas bien es importante, ya que cuando recuperamos metales como el aluminio, el vidrio o el plástico contribuimos a la conservación del medio ambiente y evitamos, en parte, la explotación excesiva de recursos no renovables. Es una práctica de sostenibilidad consciente en nuestra propia casa, con muy poco esfuerzo, puede hacer mucho por la salud del planeta.

Busca un centro de reciclaje especializado

Si estás pensando en dejarlas en el contendedor de vidrio (el verde), recapacita un minuto. Las bombillas clásicas que ves en tu propia casa no solo están hechas de vidrio. Es necesario separar de forma segura todos los componentes para poder reaprovechar cada parte. Por ejemplo, el mercurio, el polvo fluorescente, el metacrilato y otro tipo de metales pesados han de almacenarse siguiendo un proceso seguro, en contenedores adaptados.

Según explican en Ecoembes, las únicas que no se pueden reciclar son las incandescentes tradicionales. Todas las demás (halógenas, de bajo consumo y LED) pueden pasar por un proceso de reaprovechamiento de componentes, que variará según el tipo de bombilla. Materiales como el plástico o el vidrio se envían respectivamente a plantas recicladoras de polímeros, fundiciones e industrias dedicadas al vidrio y a la cerámica.

Muchas comunidades cuentan con centros de reciclaje especializados que aceptan bombillas y otros residuos electrónicos. La buena noticia es que estos espacios están equipados para manejar materiales peligrosos. Eso sí, antes de llevarlas allí a que les den una segunda vida, asegúrate de verificar si las aceptan y cuáles son los requisitos específicos para el reciclaje.

Estos puntos de reciclaje se pueden consultar en la web de Ambilamp, una asociación sin ánimo de lucro que reúne a las principales empresas de iluminación con el objetivo de desarrollar un sistema de recogida y tratamiento de residuos. Organizan distintas recogidas en puntos de su propia red, y puedes localizarlos en todo el territorio nacional a través de su buscador.

Dónde llevar las bombillas usadas

En tu entorno vas a encontrar casi con toda seguridad distintos puntos de recogida de bombillas viejas. Suelen estar situados en distribuidores eléctricos o en distintos establecimientos relacionados con los componentes electrónicos del hogar (ferreterías, lampisterías, tiendas de iluminación, incluso supermercados). Si no tienes ninguno cerca, es importante que localices el punto limpio más cercano a tu lugar de residencia, y allí es donde debes llevar tus bombillas usadas cuando ya no te sirvan.

Ten en cuenta que, dependiendo del tipo de bombilla que quieras reciclar, vas a tener que tirarla a un contenedor distinto.

  • Bombillas de filamento. Van al contenedor verde, donde dejamos aquellos elementos que no cuentan con un contenedor propio para su reciclaje.
  • Bajo consumo, fluorescentes y led. Siempre al punto limpio o a un ecoparque urbano, pues es garantía de que componentes como el tungsteno o el mercurio, que contienen plomo y arsénico, serán tratados de manera segura.