Quien ha estado en la India, lo sabe. Entre las cosas buenas que tiene el país está su biodiversidad, sus monumentos, su gastronomía… Pero una de las cosas malas en ciudades pobladísimas del país como Nueva Delhi es que es imposible ver unos metros más allá entre la nube que generan los coches y las fábricas. La contaminación incluso tiene nombre asignado: smog. No obstante, si algo tiene el confinamiento es que la calle se vacía –sobre todo cuando la policía tiene permiso para golpearte con un palo– y, sin movimiento, el ambiente se limpia.
En los índices mundiales de contaminación la India siempre figura entre los primeros países del ránking, principalmente por la actividad frenética en su capital, Nueva Delhi. El ir y venir de las motos, los edificios hasta el cielo que componen algunas calles que aparentan ser más estrechas con la multitud, la meteorología, las fábricas a lo largo y ancho de la ciudad… Unas condiciones que en conjunto complican que el aire sea el óptimo para la salud.
Pero la imagen estos días es la que vemos en las imágenes. Un contraste con más de 20 millones de personas ahora en sus casas que todavía aleja la calidad del aire de ser "buena", pero que ha mejorado considerablemente especialmente en aspecto. El índice 'World Air Quality Index Project Team' le asigna un "moderado" en su mayoría.
Un cambio que también está notando la fauna del país, aunque no siempre de manera positiva. Lo cierto es que algunos animales como los monos se han acostumbrado a alimentarse con lo que los humanos les ofrecen o se dejan por ahí, o con lo que rescatan de la basura o roban a algún despistado. Ahora muchos atacan a todo el que pillan a la espera de turistas que nunca llegan a las puertas de los templos, como el de Aiodhia, o a del palacio presidencial Rashtrapati Bhavan.
La siguiente imagen es del 22 de marzo, cuando el Gobierno ordenó al a población permanecer en sus residencias ente las 7 de la mañana y las 21 de la noche sin llegar a decretar el confinamiento todavía:
En otros casos, no obstante, el efecto está siendo el contrario. La semana pasada, sin ir más lejos, informábamos del avistamiento de un nilgó, también conocido como toro azul (especie más emblemática de Delhi), o de la avefría india que un vecino se encontró poniendo huevos en su balcón.