Desde hace un tiempo, la obesidad y la diabetes tipo 2 tienen otra cosa en común: un medicamento que puede ser efectivo en su tratamiento. En los últimos meses se ha hecho muy popular, hasta el punto de escasear en todo el mundo.
La alta demanda de estos medicamentos no obedece solo a cuestiones meramente médicas, sino también a razones estéticas.
Cada vez más personas que no padecen de diabetes u obesidad están utilizando estos medicamentos por sus efectos adelgazantes. Según estudios, las personas que utilizan estos fármacos pierden un promedio del 15% de su peso corporal.
Pero los expertos en salud advierten que la semaglutida y otros medicamentos similares no deben utilizarse como una solución rápida para la pérdida de peso en personas que no los necesitan o no tienen los requisitos de salud para recibirlos.
'Ya es mediodía' ha hablado con el Doctor Javier EScalada, de la Clínica Universidad de Navarra, que ha asegurado que aunque todavía no se han detectado un "exceso de casos", su consumo puede ser muy peligroso para la salud de las personas que los consumen sin supervisión médica.
"Hay moléculas que tienen en indicación para obesidad, pero el problema es que esto se ha desmadrado y parece que cualquiera puede prescribir este medicamento y no hacer un seguimiento del paciente. Lo que hay que hacer es ponerse en contacto con un especialista", ha explicado.