Las 'okupaciones' siguen causando polémica en un país donde la 'Ley de Vivienda' genera una situación insostenible para muchos inquilinos. En Arroyo de la Encomienda, en Valladolid, más de 40 'okupas' llevan casi de tres años atemorizando a los vecinos. La Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), la entidad encargada de la distribución de viviendas a precios asequibles, ha propuesto un alquiler social en la urbanización para regularizar la situación, una propuesta que no ha sido bien recibida. En 'Vamos a ver' hemos analizado mejor este tema y entrevistado a los habitantes del lugar para que nos expliquen su punto de vista.
Joaquín Prat, presentador del programa, ha comentado: "Este precedente de la Sareb es muy peligroso, ya que se está diciendo a quienes llevan años esperando un alquiler social que tienen prioridad quienes entran con una patada en la puerta, utilizando la extorsión y el chantaje". "Se cede a ese chantaje ofreciéndoles un alquiler social”, ha añadido.
Los vecinos de Arroyo de la Encomienda denuncian que los okupas dejan mucha basura y que el alquiler social no soluciona los problemas de convivencia. Se han quejado de las amenazas constantes, desperfectos, robos e incluso manchas de sangre en los rellanos. Ya llevan 40 denuncias para intentar lograr el desalojo y acabar con la violencia y la inseguridad.
'Vamos a ver' se ha desplazado hasta esta comunidad para hablar con sus vecinos, algunos de los cuales no han querido dar la cara por miedo a posibles represalias. "Llevamos dos años con esta situación y no podemos más. Cuando hay una 'okupación masiva' como pasa aquí, al final ese okupa no cuida el inmueble. Nos encontramos basura, plagas de insectos, puertas forzadas... y la comunidad, a parte del daño moral, tiene que hacer un desembolso económico para mantener las cosas", ha explicado Alberto.
Uno de estos okupas también ha querido dejar con nuestro quipo: "Yo no soy okupa, fui engañado y he ganado el juicio. Yo gano el agua, la luz... y la comunidad no la pago porque me lo han negado". Además, desmiente las amenazas que denuncian los vecinos: "Aquí se vive muy bien, no se matan animales y no hay amenazas. Somos gente civilizada, no salvajes y os invito a dormir a mi casa cuando queráis".
"Han llegado a decir que vendíamos droga. La Guardia Civil vino y se quedaron asustados al ver la verdad. En mi portal no pasa nada de eso que denuncian los vecinos y yo tengo más educación que mucha gente que no dicen ni buenos días", se defiende este okupa.
"Los más interesados en regulación esta situación somos nosotros, que somos gente normal que estamos trabajando y nuestros hijos estudiando. Todo lo que han dicho es mentira e intentamos ayudar a los vecinos, mientras que por su parte no recibimos ni el saludo. Formaremos nosotros también nuestra plataforma porque somos víctimas y hemos sido estafados", ha dicho otra de las okupas.