Kayle, una joven de 20 años, fue presuntamente asesinada en Pamplona por un okupa que vivía en su casa durante la madrugada del 9 de octubre. El padre de la chica había presentado denuncias contra el acusado en cuatro ocasiones, siendo la más reciente dos días antes del trágico suceso. En 'Vamos a ver', hemos entrevistado a Ian Paul, el novio de Kayle, para que nos cuente cómo está la situación y cómo se siente.
Con tan solo 18 años, Ian nos ha explicado que él también piensa que aquel trágico crimen se podría haber evitado: "La policía pasó totalmente del tema ni hizo caso a las denuncias; además, el individuo tenía antecedentes penales." Ian habría pasado temporadas con el presunto agresor, puesto que él vivía en Barcelona y se trasladaba a Pamplona a ver a su novia: "Cuando yo estaba allí, él estaba tranquilo, se quejaba un poco, se quejaba del precio... En los últimos días se volvió más agresivo." Ha explicado que en las últimas semanas, Kayle y él no hablaron mucho pero ella estaba un poco estresada: "Yo solo la apoyé y la dejé descansar; yo no sabía lo de las denuncias."
"Cuando entré en la habitación, ya estaba bastante limpia, aunque quedaban rastros; no me quiero imaginar cómo tuvo que pasarlo", recuerda del momento en que llegó a la escena del crimen. En principio, cuenta Ian, el individuo limpió el cuchillo, se cambió y, cuando la policía llegó, dijo que no estaba pasando nada.
"No solo yo la ayudé, ella hizo mucho por mí. Yo también estaba mal y con ella conseguí soltarme, tener un plan de vida y querer llegar hasta el final, lo que antes no quería", ha explicado sobre su relación con Kayle. El okupa y el padre tenían serios problemas, e Ian ha denunciado que ellos deberían haber solucionado los conflictos: "Pienso que el asesino es un cobarde; a él lo dejaron estar allí por la bondad del padre, porque no tenía dónde ir, y así se lo paga".
En 'Vamos a ver' entrevistamos el pasado 10 de octubre a Isidro, padre de la víctima quién declaró que el presunto asesino lo había llamado: "Tenía tres llamadas suyas sobre la 1 de la madrugada y una hora antes me había enviado chantajes". Al darse cuenta de las llamadas, corrió al lugar y encontró a su hija gravemente herida: "Estaba en un charco de sangre y la ambulancia se la llevaba". "Pregunté y me dijeron que había sido apuñalada... pensé que había sido en la tripa, que se podía salvar, pero cuando llegué al hospital, ya había fallecido", declaró entre lágrimas.