Enrique Ponce es el hombre del momento y cada día, desde hace varias semanas, ocupa portadas y horas en los medios de comunicación tras su separación de Paloma Cuevas y su reciente noviazgo con la estudiante de derecho Ana Soria.
Pero su notoriedad mediática no es nueva, ya que desde los 90 siempre ha sido un personaje de interés para el gran público. Fue en el año 1999 cuando el programa ‘Día a Día’ de Telecinco contactó con varias personas cercanas al torero, que no dudaron en destapar algunos de sus secretos más ocultos.
María Teresa Campos entrevistó a Enrique Ponce en ‘Día a Día’ el 9 de noviembre de 1999 y sorprendió al torero con la sección de la periodista Amalia Enríquez, que reunió al futbolista Raúl González Blanco, a paloma Cuevas y a Victoriano Valencia para conocer los mayores secretos del torero.
Victoriano Valencia, padre de Paloma Cuevas, fue el primero en hablar y contó que Enrique Ponce tenía un “gran sentido religioso” y que tenía por costumbre organizar “una capilla” donde tenía “más de 200 estampas y medallitas”. Además, confesó que el torero se reía cada vez que su suegro le pedía “un nieto”.
El futbolista Raúl Blanco fue el segundo en hablar y, además de explicar que había conocido a Enrique en una Goyesca, contó cuál fue la vez que vio emocionarse al torero. “Le he visto emocionarse el día que jugó con nosotros en el Bernabéu”, dijo refiriéndose a un partido benéfico en el que participó.
Raúl Blanco explicó que a Enrique Ponce le encantaba el fútbol y que “para él fue emocionante” estar en el imponente estadio y jugar con el Real Madrid. Sin embargo, al torero se le quedó una espinita clavada aquel día, ya que no pudo marcar ningún gol.
Su por entonces esposa, con la que se había casado el 25 de octubre de 1996, se mostró de lo más cariñosa y dio unas bonitas declaraciones sobre su marido en la sección ‘Los secretos de…’ del programa ‘Día a Día’ de Telecinco en 1999.
Paloma Cuevas explicó que tenía “una gran calidad humana” y que era “una persona muy auténtica, sencilla, cariñosa y generosa”. “Todo lo que te diría son adjetivos positivos”, dijo la mujer del diestro, que terminó diciendo que era una persona que hacía “la convivencia fácil” porque tenía “un trato muy agradable”.