Ales Castillo entró a su negocio y se lo encontró saqueado, destrozado y lleno de heces. Pero hay más, el culpable de todo estaba dormido en el baño, rodeado de 20 botellas de kombucha y agarrado a una de vino.
Raúl Valls nos traslada esta historia sucedida en Palma y vivida en primera persona por el propietario de este negocio. Cuando acudió al local, se encontró con todo destrozado. El ladrón entró rompiendo un cristal con un extintor a pesar de que la puerta estaba abierta y pronto se dieron cuenta que no quería robar, solo buscaba alcohol y pasar la noche en algún sitio: "Pasó como pudo, estaba lleno de cortes".
"Lo que más bebió fue kombucha, es muy sana y se hizo una limpieza de estómago", decía Ales tomándoselo con mucho humor. Tomó más cosas, se comió unas salchichas veganas congeladas que parece que le gustaron pero no tanto el chorizo, al que pegó un mordisco y arrojó al suelo. Lo que también se bebió fueron dos botellas de vermú y una botella de vino que pudo abrir.
Ales calcula que ha perdido 4.000 euros en productos alimenticios, ha tenido que cerrar dos días, su equipo ha tenido que quedarse en casa y se han empleado a fondo en la limpieza. En total, cree que ha perdido 10.000 euros: "Había excrementos por todas partes, sangre por todas partes, en todas la neveras intentó abrirlas y estaba su mano llena de sangre... parecía una carnicería".
Por último, llegaron al baño y se encontró lo que menos esperaba, al culpable de todo: "El tío, de dos metros, estaba durmiendo en el baño con 20 botellas de kombucha a su lado y una botella de vino".
"No se mantenía en pie, le dije a la chicas que salieran, cerramos y llamamos al 112", relataba aunque apuntaba que, ya en comisaría, le dijeron que una semana antes había hecho lo mismo en otro local.