Hay una polémica que envuelve Burgos en los últimos días. Una congregación de monjas clarisas se ha rebelado contra el Vaticano por un motivo: quieren vender uno de los tres conventos que tienen porque está vacío. Y desde Roma no le dan permiso. Pues bien, hasta un total de dieciséis monjas han anunciado que abandonan la Iglesia Conciliar debido a que, según ellas, están sufriendo una persecución. Ahora han pasado a formar parte de la tutela de un excomulgado al que muchos consideran un gurú que las ha captado, Pablo de Rojas.
José Ceacero, sacerdote y portavoz de las monjas, ha señalado que "una cosa es el paso que ellas han dado convencidas a nivel moral e intelectual porque están viendo todas las barbaridades de Iglesia Conciliar. Pero hay muchas cosas más. Las monjas, viéndose confrontadas con lo que estaban viendo ahí, han solicitado a Pablo de Rojas que las acoja espiritualmente".
Sobre qué pasa con la venta del convento, el sacerdote ha apuntado que "llevan tiempo intentándolo vender. Les han dado problemas. La Iglesia Conciliar está acostumbrada a manipular a las mujeres y a las monjas porque la mayoría de monjas habían entrado de jóvenes. A mí el obispo me dice que tengo que vender y me quedo sin casa. Y es han aprovechado de eso que pertenece a las monjas para ponerles un comisario, vender los inmuebles y echar a las monjas a la calle".
José Ceacero ha tirado de hemeroteca y ha contado algunos ejemplos anteriores parecidos a este. "Los monasterios pertenecen a la comunidad religiosa. Es decir, a las monjas. El paso de las monjas no es solo por los inmuebles. Ha sido también por cuestiones de fe. Y también por sus superiores, que estaban intentando humillarlas".