Ana María Knezevich es la mujer americana que había desaparecido sin dejar rastro el 2 de febrero mientras estaba viviendo en Madrid. El FBI tenían a su marido como el principal sospechoso de la desaparición de la mujer. El pasado fin de semana detuvieron al marido y está acusado de inventarse unos audios de la desaparecida para proveerse de una buena coartada.
'TardeAR' ha podido acceder a las últimas conversaciones que tuvo Ana María con sus amigas el mismo día de su desaparición. En uno de los mensajes les contaba los planes que iba a hacer durante el día: "¡Ey, buenos días! Me he levantado, he ido al gimnasio, me he arreglado el pelo, las uñas y ya estoy de vuelta".
Estas fueran las palabras de Ana en uno de los últimos audios que envió. Por otro lado, estuvo hablando de planes de futuro con su amiga: "Ayer vi un apartamento que me encantó, ¡espero que sea mío! La verdad, es que todo me va muy bien. Ahora mismo me siento realmente bien".
Con estos audios todo apunta a que la desaparición de Ana María no fue voluntaria porque además, confesó lo que iba a hacer días más tarde: "Voy a ir el lunes a Barcelona con una amiga. Es un viaje de un día, así que iremos y volveremos el mismo día". El 5 de febrero saltaron todas las alarmas cuando Ana María no acudió a la estación a reencontrarse con la amiga a la que le envió el audio.
Tras esto, las amigas recibieron un extraño mensaje por parte de Ana que podría haber escrito el marido: "Conocí a una persona mu 'chévere'. Tiene una casa de recreo a unas 2 horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí". Marlasca ha asegurado que la desaparición de Ana se consideró de alto riesgo y estos audios son muy importantes en la investigación.
El marido habría tenido que traducir el mensaje antes de enviarlo y contó con la ayuda de una mujer con la que contactó por una aplicación de citas. El mensaje no cuadra con la ortografía que tenía Ana, ya que la desaparecida no ponía puntos ni tildes y en el mensaje están puestos.