Tras hablar con la monja que confesó a Rosario Porto, 'TardeAR' nos muestra el testimonio de Laura, nombre ficticio de la última presa sombra que siguió los pasos de la condenada por la muerte de su hija Asunta en la prisión de Brieva donde se suicidó. Nos cuenta que se enamoró y que dejó de tomar la medicación que le prescribió su psiquiatra.
Estuvo con Rosario desde el día que llegó a este centro penitenciario y nos contaba que guardaba las cartas de un hombre uruguayo que se habría enamorado de ella: "Ella me conto que se enamoró de esa persona y también con otra chica que le hizo apoyo".
Pero ¿Fueron relaciones paralelas? Laura nos contaba que "aparentemente" la chica "descubrió" las cartas del otro hombre.
Además, no dudaba en definir a Rosario como "manipuladora" y dejaba claro que, para ella, Alfonso Basterra era "un cero a la izquierda".
Por otro lado, Laura descubrió que Rosario "guardaba los medicamentos" que le daba su psiquiatra porque creía que la querían "drogar": "Llegó un momento que decía que se las quitaban y era mentira, yo a una funcionaria le di las bosas que guardaba, se las enseñé y la funcionaria me dijo 'está bien, déjala ahí' y fue cuando me sacaron de su lado y la dejaron sola".
Mientras Rosario no contaba con Alfonso, parece que a él le afectaban mucho las noticias que le llegaban de una supuesta nueva relación de ella. "No le sentó bien, echaba varios días cabizbajo y dándole vueltas", contaba Santiago, compañero de celda de Basterra y añadía: "Siempre intentó mantener un acercamiento con ella, ella se fue distanciando y a él le afectaba".
De lo que hablaba mucho era del caso, pero no de lo que le pasó a su hija: "Hablamos mucho del sumario, de cómo se llevó la investigación, que no tenían pruebas y me hablaba a veces de la hija diciendo que era su vida, que cómo le iba a hacer tal cosa, que no le entraba en la cabeza a nadie".
Además, habría reiterado su teoría de la tercera persona: "Dijo muchas veces que ellos no habían sido, que los culpables estaban fuera".
Según Santiago, Alfonso es un hombre inteligente y culto pero le molestaría estar junto a otros presos como, por ejemplo, quienes tienen problemas de drogadicción: "Como que no le gusta relacionarse, como que está por encima y le causó discusiones con algunos reclusos, incluso una vez en el módulo 11 tuvo un problema, unas bofetadas y lo cambiaron de módulo".
El reportero Alejandro Rodríguez ha podido hablar con otra presa sombra que estuvo en prisión con Rosario en Galicia. Compartieron celda durante tres años y se convirtió en su mejor amiga, tanto que Rosario le habría querido entregar algunos de sus objetos personales antes de ser trasladada a Brieva: "Le dije quédatelo porque nos vamos a volver a ver".
Pero además, corrobora que parecía "ilusionada" con alguien a quien habría venido en la biblioteca: "Trabajaba allí con ella", contaba y narraba que se intercambiaban notitas.