Ana María Aldón ha visto a una persona que ha estado en su cabeza durante todo este tiempo: su hija, Gema. Nada más verla tras la mampara, la superviviente enloquecía y se ponía a gritar y a llorar.
Gema le ha transmitido lo orgullosa que está de ella. Pero había algo que inquietaba a Ana María: "¡Tú has ido al plató!", le preguntaba. Antes de irse a Honduras, Ana María había elegido a Gloria Camila como su defensora y no pensaba que su hija llegaría a aparecer públicamente.
"Sí, he ido y te he defendido. Jorge me ha tratado muy bien", la tranquilizó Gema. Madre e hija no pararon de besarse y abrazarse. "Eres una mujer trabajadora y que todo el mundo se entere de que lo que ha conseguido ha sido por ella", defendía Gema.