Los nuevos habitantes de 'La casa de los secretos' van a echar de menos muchas cosas en el reality, especialmente poder comer lo que se les antoje en cada momento. Alberto es adicto al café y Virginia a las croquetas. Entre los dos tendrán que decidir qué alimento podrán disfrutar durante todo el programa.
Alberto tiene 36 años y es barista. "El café forma parte de mi vida", anuncia. "Como representante de la hostelería vengo a ganar 'Secret Story. Mi sueño es formar mi propio negocio de café". Este concursante considera que tiene "mucha labia" y asegura que su vuelta al mercado tras divorciarse ha sido impresionante. "Tuve una relación muy larga y conmigo se cumplió eso de :'te casaste, la cagaste", explica.
Virginia tiene 27 años, viene de Rota y es guía turística. "Mi forma de vivir es viajando, no hay nada que me aporte más en la vida, no hay sitio del mundo donde no me gustaría ir, quiero descubrirlo todo. Me encanta fluir, soy una vividora total", asegura.
La concursante se considera una "gorda de alma" ya que es muy "disfrutona con la comida". "El amor de mi vida son las croquetas, teniendo croquetas no hace falta novio", cuenta.
Carlos Sobera ha dado la oportunidad a Virginia y a Alberto de ponerse de acuerdo y poder disfrutar de uno de sus vicios durante todo el programa: café o croquetas. "Las croquetas engordan, el café te despierta y te espabila", le ha recordado él.
Ella ha accedido y Carlos Sobera no ha podido evitar darle su opinión: "Con el tipazo que tú tienes te puedes comer la fuente entera de croquetas que no pasaría nada", le ha tranquilizado el presentador.
Carlos Sobera ha comunicado a los concursantes que los dilemas que les ha planteado el programa han sido tan solo una prueba para comprobar cómo se comportaban. Por lo tanto los concursantes no tendrán ni café ni croquetas de manera gratuita, sino que tendrán que esforzarse al máximo en las pruebas para poder comprarse sus caprichos.