Cayetano Martínez de Irujo narra en sus memorias que durante su infancia convivió con Jesús Aguirre, marido de su madre, quien asegura hacía oídos sordos a los rumores de homosexualidad que circulaban sobre su pareja hasta que vio algo: “La avisaron, se presentó y lo vio… y lo repudió lo expulsó del paraíso. Desde entonces era un muerto viviente”.
Por otro lado, habla de una infancia traumática en la que buscaba el cariño que no obtenía de su madre y añade que ha acudido a diversas terapias. Es más, confiesa que también recurrió a la cienciología: “Estuve dos semanas metido seis horas diarias en la sauna, tomando potasio y magnesio en pastillas. Yo probaba todo lo que podía ayudarme y la cienciología es un método más