Kiko Hernández tuvo que sacar del hotel a su entrevistada tapada con una sábana para proteger su identidad. Era una familiar de Antonio David Flores que iba a contarnos toda la verdad sobre él pero, antes de su testimonio, había empezado a recibir presiones y advertencias que le produjeron tanto miedo que la bloquearon. Pero ¿Qué ocurrió? ¿A qué tenía miedo?
Kiko Hernández quedó en Málaga con esta mujer, una familiar de Antonio David Flores y cuya relación familiar es muy estrecha. Todo iba bien hasta que la entrevistada empezó a recibir mensajes: "Lo que percibo es que sus hijos le dicen 'se han dado cuenta y tenemos miedo".
"Entró en parraque, subió a la suite y se encerró", narraba Kiko Hernández, que encontró después a la mujer en la terraza, sentada en el suelo, encogida: "Es la primera vez que me encuentro con una situación así".
También hemos podido escucharla a ella misma relatando sus miedos y es que, sin ver su imagen y con la voz distorsionada, la mujer decía: "Nada más que yo relate que son unos cínicos, que esa familia ha arrastrado a esos niños, saben perfectamente que soy yo".
"Es cierto que soy la que ha metido la piernecita solita", reconocía, pero explicaba que no le gustan las medias tintas: "A medias no me puedo quedar". Se declaraba "descompuesta" e iba más allá hablando de la familia: "Es que son capaces de agredirme (...) Son como gitanos (...) Estoy acojo... Parecen muy finos pero son muy verduleros".
"Que tenga cuidado al salir", parecía leer en un mensaje y es que, tras la primera conexión de 'Sálvame', todo el mundo sabía dónde se encontraba: "Son muchos. Se me ha secado el cuerpo por dentro. Yo no salgo esta noche del hotel".
Por eso, la prioridad del colaborador pasó a ser sacarla de allí sin que nadie la reconociera: "Tenía los labios morados, la cara blanca... no sabía cómo gestionarlo". Sin embargo, lo consiguieron y la dejaron "en un punto indeterminado".
Finalmente, la dirección decidió que la mujer saliera del hotel tapada con una sábana y acompañada por Kiko Hernández y un redactor de 'Sálvame'. Sin embargo, había mucha prensa en el lugar y les persiguieron.
¿Qué hicieron en ese punto? Acudir a una comisaría para denunciar la persecución y, mientras los agentes pedían la documentación a los fotógrafos, ellos se marcharon y dejaron a la mujer en un barrio indeterminado de Málaga. Dos horas después, Kiko Hernández pudo hablar con ella y le confirmó que estaba bien: "No me ha pasado nada, de mi casa no voy a salir en un mes".