El hijo mayor de Kiko Rivera y Jessica Bueno ya ha hecho su primera comunión. Sin embargo, la celebración ha provocado la polémica dado que se celebró en casa de la modelo y solo pudieron asistir el padre de su hijo, su mujer y sus hijas pequeñas. El resto de la familia Rivera-Pantoja se quedó fuera de la lista y Anabel, que iba a ser la madrina del niño cuando nació, no podía evitar las lágrimas.
Viendo las imágenes en ‘Sálvame’, Anabel Pantoja tenía que beber agua para evitar llorar y poco después nos confesaba: “Yo no trabajaba, podría haber cogido un vuelo y nada… “
Además, intentaba quitarle importancia pero se le veía herida por no haber sido elegida madrina finalmente: “Se eligió así entonces y cuando llegó allí se encontró con que habían cambiado las tornas y que a él le tocaba elegir padrino”.
Anabel no quería molestar a nadie pero echaba la vista atrás. Cuando nació, ella acababa e operarse del pecho, se fue a Sevilla hasta con los drenajes y luego tuvo que operarse: “A consecuencia de mi irresponsabilidad me tuve que operar otra vez, pero yo tenía que estar en el parto”.
Además, nos confesaba que mantiene una buena relación con Jessica, con lo que le hubiera hecho ilusión ser invitada: “Lo que no entiendo es por qué yo no pude ir, creo que he sido muy respetuosa y para Kiko soy su hermana, han pasado ocho años y Jessica no puede decir nada malo de mí”.
"Llevo ocho años aceptando una serie de cosas que he decidido aceptar por el bien de mi hijo", decía Kiko Rivera en su llamada a 'Sálvame' y añadía: "No estoy conforme con algunas cosas, claro que no".
La modelo ha reaccionado a través de su perfil de Instagram, donde ha asegurado que actuó de corazón y lo hizo invitando a las personas que están en contacto directo con su hijo. Además, se quejaba de ser blanco de la polémica: "¡Qué poco respeto estando en mi estado!"