Tras el debut televisivo de Rocío Flores en televisión, muchos la compararon con su abuela Rocío Jurado. "¿Se parecen en algo?", le pregunta a Rocío la persona encargada de entrevistarla durante el documental.
"No, ojalá se parecieran. Desgraciadamente no es así. Si se hubiesen parecido la historia que estoy contando sería diferente o no la estaría contando", responde con contundencia. "¿Sigues viendo los ojos de tu padre cuando la miras?", quiere saber la periodista. "No, esos ojos los veía cuando era peque. Yo dejé de reconocerla el 27 de julio de 2012" asegura la hija de Pedro Carrasco.
A continuación, Rocío defiende que nadie de su entorno filtró a las revistas la agresión de su hija: "No sé quien filtro a Vanitatis la información, no fue nadie de mi casa. Cuando lo vi se me vino el mundo abajo. Llamé a una persona que considero amigo para decirle: 'esto está, si tienes obligación de hacerlo hazlo como si fuese una hija tuya", cuenta.
"Es mi obligación defenderla, yo soy su madre, por mucho que diga que su madre es Olga. Yo pese lo que le pese a ella, la que la ha echado por aquí soy yo. Y me llamo Rocío Carrasco Mohedano y era mi obligación", aclara.
Rocío, no duda en cargar contra Antonio David Flores por poner a su hija al frente de los medios de comunicación: "Yo no hubiese puesto a mi hija jamás ahí, por lo menos de momento. Cuando tuviese su cabeza totalmente amueblada y tuviera la mente como la tenga que tener, que ella decidiese. Pero poner a una niña que yo me he encargado durante 16 años de apartar de todo eso, y de la que me he preocupado que viviera en una burbuja y tú la pones ahí con 21 años... Tú eres un desalmado".