Rocío Carrasco ha mostrado todas y cada una de las cláusulas del convenio regulador que firmó con Antonio David Flores el 18 de julio de 2003. Se trata de un texto propuesto por ella, en el que le ofrecía compartir la custodia de los hijos 15 días cada uno, pero que se filtró con datos falsos según su testimonio.
Antonio David siempre se quejó de las supuestas cláusulas “leoninas” de este convenio e incluso insinuó que había tenido que renunciar a cierto patrimonio económico para conseguir la custodia compartida de sus hijos.
Eso sí, la cuarta cláusula establecía que ambos se comprometían a guardar “absoluto silencio” sobre los términos del convenio que firmaron. Finalmente, el texto concluía apuntando que el incumplimiento del convenio haría que dejase de estar en vigor.
Pero el convenio se firmó un 18 de julio y un 21 de julio, tres días después, salió en portada: “Lo que hay detrás del contrato entre Rociíto y Antonio David, firmado por Lydia Lozano”. En la revista cuenta “lo que le ha contado él” y deja caer que todo es a cambio de la sociedad: “A los niños no los ha querido tener, los ha querido pedir y ha querido ganar dinero pidiéndolos y ha querido seguir dando pena diciendo que a él no le daban a sus hijos”, se quejaba Rocío.
“Este ser sabía que en el momento que yo viese eso, mi reacción y la reacción lógica de cualquier persona hubiera sido ‘Pues ya no hay convenio!”, decía Rocío, pero no actuó así.
Rocío dice tener constancia de que fue David quien le filtró el convenio a la periodista: “Él lo hace en connivencia con ella, ella sabe que el convenio que narra en la revista no es cierto, sabe que no ha tenido que renunciar a nada, que al revés, que lo que se le ha dado ha sido toda la facilidad del mundo, ella lo sabe”.
Desde el plató, Lydia Lozano apuntaba que se sentía “fatal” y asentía cuando le preguntaban si se sentía engañada por Antonio David: “Mucho, para mí era noticia que tuvieran un acuerdo pero más fuerte era cómo se me dio la noticia, que todo era a cambio de dinero”.