Después de su histórica entrevista en directo en el plató, este nuevo episodio del documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, el octavo, es crucial para entender la relación entre Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores.
En su intervención en el programa, la hija de Rocío Jurado contó todos los detalles del fatídico día del año 2012 en el que fue agredida por la niña, quien la tiró al suelo y comenzó a darle patadas llena de un odio que para ella es “la obra maestra” de su padre, Antonio David Flores.
Por deseo expreso de Carrasco, se han eliminado 11 minutos que la madre cree que podrían perjudicar al bienestar de Rocío Flores. Algo a lo que la joven ha contestado en ‘El Programa de Ana Rosa’, pidiendo que se emita el programa íntegro, porque ella quiere escuchar “el testimonio entero”.
En el inicio de este programa, Carlota Corredera ha explicado por qué han decicido omitirse esas declaraciones y le ha lanzado un mensaje a Ro Flores:"¿Es necesario contar que las veces que la cabeza de Rocío fue golpeada contra la pared? ¿La descripción detallada de las horas previas a su ingreso en el hospital con múltiples lesiones? Nosotros no y ella tampoco.
Hay un brevísimo momento en el episodio en el que se entiende que Rocío Flores se da cuenta de que su padre la está manipulando.Curiosamente, es el único momento en que su madre se atreve a enseñarle un correo que lo prueba.
Ojalá lo que se cuenta esta noche ayude a construir un futuro distinto entre las dos y, en cualquier caso y me dirijo a ti Rocío Flores: si quieres ver los fragmentos eliminados, nos tienes a tu disposición para mostrártelos en la más absoluta intimidad".
Además, de lanzarle este mensaje a la mayor de los Flores Carrasco, Carlota Corredera ha hecho una defensa del testimonio de Rocío Carrasco sin ningún tipo de 'pero':
"Desde que empezamos, los negacionistas, los que la niegan en la tele, la radio y la prensa, se empeñan cada día en meterla en un círculo muy perverso: si no habla es porque tiene algo que esconder, pero si habla, es que lo hace por dinero y si se asegura que no ha pedido dinero, los mismos te dicen que habla por venganza y así hasta el infinito.
Luego están los del pero: ha sufrido pero… yo la creo pero… es exactamente igual que yo no soy racista pero, yo no soy machista pero… Ese pero, esa palabra tan pequeña que lo cambia todo e invalida lo anterior es el pero de la hipocresía, el que pone en duda a una víctima. Ojalá toda las mujeres maltratadas pudiesen dar su testimonio como lo está haciendo Rocío Carrasco, estaríamos más cerca de acabar con esta lacra. No es no, sin peros".