Adela Montes de Oca fue reconocida como hija de José María Ruiz-Mateos en el año 2017, pero su vida no ha sido nada sencilla. Ella es la hija número 14 del empresario y nunca ha tenido relación con sus trece hermanos (de hecho, ninguno se prestó para aportar su ADN para corroborar esta paternidad y tuvieron que exhumar el cadáver). Esta es su historia.
Cuando Patricia Montes de Oca conoció a Ruiz-Mateos, él no llevaba anillo de casado: "Yo te puedo ofrecer todo lo que tú quieras, menos casarme contigo", cuenta ella que le llegó a decir el empresario. Siempre que se veían, él le daba dinero. Poco después descubrió, a través de una revista, que estaba casado y que tenía varios hijos y, tras estar tres meses quedando, ella se quedó embarazada: "Nuestras relaciones eran sin protección. Cuando se lo dijo no me creyó, me dijo que ya le habían hecho la vasectomía".
Ella, sin el apoyo de José María, se marchó a Estados Unidos. Él se responsabilizó de los gastos médicos durante el embarazo y llagaron a verse en Miami, donde continuaron con su historia de amor. En el año 1991, nació Adela y en la partida de nacimiento podemos ver que lleva los apellidos de su madre, pero no de su padre: "Al principio no se lo reclamé porque estaba que saldría de él, ya que es un hombre de Dios". Eso sí, en la partida de bautismo, sí que consta su nombre.
Patricia nació con la ausencia de su padre, al que solo veía en verano, bajo el techo de un hotel. Patricia reconoce que nunca se portó mal con ellas, les daba dinero, pero le hubiera gustado que hubiera reconocido a su hija. Pero llegó momento en el que Patricia se cansó de andar siempre a escondidas y le dijo al empresario que no regresaría más a España. Cuando ella le pedía que le diera el apellido a su hija, él le respondía "como me sigas diciendo eso, me la voy a llevar y no la vas a volver a ver". El contacto entre padre e hija, se mantiene, y ella pidió en varias ocasiones si podía conocer a sus hermanos, pero nunca sucedió.
Cuando Adela tenía 15 años, Patricia tuvo la intención de demandar a Ruiz-Mateos por no hacerse cargo de su hija, y quedaron en un pago mensual de 5.000 dólares al mes. Esto se alargó durante varios años. En el año 2007, él ingresó en prisión por un delito de alzamiento de bienes. Siete días después, sale de la cárcel por su delicado estado de salud.
El programa publica un vídeo de 30 segundos en el que aparece una joven Adela de 19 años junto a Ruiz-Mateos. Él no se percata de que le están grabando y es el único documento gráfico en el que se les ve juntos. Esto se convirtió en una prueba clave en su batalla judicial para que a a hija se le reconociera legamente. Este fue el último encuentro entre Adela y su padre, en el año 20210.
En el año 2014, Adela mantuvo una fuerte discusión telefónica después de que ella le pidiera, una vez más, que le reconociera legal y públicamente. Esta fue la última conversación que mantuvieron. Poco después, recibieron una llamada en la que advertían del delicado estado de salud del empresario, lo que hizo que frenara la intención de la joven de interponerle una demanda: "Yo quería estar con él, quería cuidarle". Se cortó toda comunicación. Se filtró a la prensa la existencia de Adela ese mismo año. La familia, al completo, lo descubrió todo. A pesar de que ya se supiera, él nunca accedió a reconocer a su hija.
En septiembre del año 2015, José María Ruiz-Mateos, falleció a causa de una neumonía. Meses antes, Adela intentó despedirse de su padre en persona, pero no fue recibida por la familia del empresario: "No me pude despedir. Estuve tan cerca, en frente de su casa... No pude entrar, no lo pude ver y todo porque su familia está enojaba conmigo, pero yo no tengo la culpa. Yo quería ir al funeral, pero mi mamá me dijo que no era buena idea. Todos están en el funeral... Todos menos yo", lamenta Adela mientras ve, por primera vez, las imágenes del funeral de su padre.
En el año 2017, la justicia solicita una prueba de ADN a los hijos del empresario, pero todos se negaron. Por ello tuvieron que exhumar el cadáver de Ruiz-Mateos. "Yo no me sentí culpable, no quería que se llegara a ese punto, Fueron mis padre quienes permitieron eso Creo que se volvería a morir. Eso es lo que s eme hace lo más horrible". El ADN coincide al 99,99% y ya es hija legalmente, aunque ella no ha recibido nada.