Comenzaron su camino montados en un descapotable azul. Sheila y Miguel no sabían en aquel entonces todo lo que iban a vivir juntos a lo largo de esta experiencia. Y mucho menos lo que iban a terminar sintiendo el uno por el otro.
Semanas después, y conscientes de los sentimientos que han nacido en ambos, nuestra bachelorette no puede sentirse mejor: “Estoy muy, muy feliz por todo esto que me está pasando. Estoy increíblemente feliz y agradecida”.
Lo cierto es que, muy emocionada, Sheila reconocía sus sentimientos ante el equipo del programa: “No pensé para nada poder abrir mi corazón de verdad y enamorarme. No lo hubiera dicho nunca en el momento en el que llegué aquí, pero ha pasado”.
Pisando uvas para hacer vino, viviendo su primer beso, cada sonrisa, cada mirada… Juntos han saltado en paracaídas, han visitado Santorini, han recorrido Estambul y hasta han navegado los mares.
Cada momento ha sido clave para forjar lo que ha hecho que, tras todo lo vivido, Sheila haya decidido marcharse de la mano con él: “Al final pienso en todo lo que he vivido aquí y en que, al final, he encontrado a esa persona”.