‘Rocío: contar la verdad par seguir viva’ ha marcado un antes y un después en la vida de Rocío Carrasco. La hija de la tonadillera Rocío Jurado y el boxeador Pedro Carrasco ha roto su silencio después de 25 años en esta desgarradora serie documental, en la que ha compartido públicamente el calvario que vivió durante una parte de su vida personal por culpa de su primer marido, David Flores. Sin embargo, tras la tempestad llega la calma y eso es lo que precisamente le sucedió a la madre de Rocío y David Flores. Y es que, apenas unos meses después de separarse del excolaborador de Telecinco, Rocío Carrasco encontró al compañero de vida con el que escapar definitivamente del bucle en el que estaba sumergida: Fidel Albiac. 22 años juntos que han estado marcados por un accidente de tráfico, una boda sin sus hijos y una desaparición pública recluidos en su casa.
Los caminos de Rocío Carrasco y Fidel Albiac se cruzaron por primera vez en una tarde de verano de 1999, año en el que ella se separó del ex Guardia Civil. Ambos se conocieron por una amiga en común y desde entonces se han vuelto inseparables.
Según narra la propia Rocío, ella estaba en la puerta de casa de Chipiona comiendo pipas con un pareo rosa y un bikini amarillo, viendo a la gente pasar, cuando, de repente, apareció una amiga de su prima María Eugenia, Rocío Mestre, quien estaba con el que por aquel entonces era su chico, Fidel Albiac. Mestre presentó al andaluz a la hija de la cantante de ‘Como una ola’, que asegura que, desde esa primera toma de contacto, conectaron al instante y ella supo que él se quedaría a su lado. ¡Y no se equivocaba!
Eso sí, antes de dar el siguiente paso, Rocío y Fidel entablaron una sólida relación de amistad. Sin embargo, en octubre de ese mismo año, "el destino quiso que se encontraran de nuevo, ya sin parejas ni obstáculos de por medio", en palabras de la madre de Rocío Flores, Fidel fue la luz tras la oscuridad.
Juntos han vivido todo tipo de adversidades, incluso un accidente de tráfico que casi les cuesta la vida y que inevitablemente marcó un antes y un después. El dramático suceso se produjo en el término municipal de Pinilla del Valle, cerca de Rascafría (Madrid), en febrero de 2000, cuando la hija de Rocío Jurado tan solo tenía 22 años y el sevillano, 26.
Fidel perdía el control de su Mercedes 230 y se salía de la carretera por el arcén derecho. El impacto fue gravísimo y Rocío, que iba de copiloto, se llevaba la peor parte del golpe. Tanto es así que, ingresó en la UCI con un traumatismo craneoencefálico, levantamiento del cuero cabelludo y fractura en una vértebra a consecuencia del impacto, mientras que Fidel sufrió un golpe en la columna.
Afortunadamente, la pesadilla acabó. A pesar de que la familia no se lo puso nada fácil, el sevillano no se separó del lado de Rocío. Como tampoco lo hizo en otras situaciones tan adversas que acontecieron en el futuro, como el distanciamiento con sus hijos, la depresión que padece desde 2011 o su intento de suicidio.
Después de más de 16 años de sólida relación, Rocío Carrasco y Fidel Albiac decidieron dar un paso más. El 7 de septiembre de 2016, en la finca Valdepalacios de Torrico, en Toledo, la pareja se dio el ‘sí, quiero’, uno de los más esperados, cumpliendo una de las últimas voluntades de su madre. Un día que la hija de ‘La más grande’ recuerda como feliz, aunque reconoce que en esa época estaba anímicamente “hecha una mierda” por culpa de su exmarido. El evento fue recogido como portada de la revista ¡HOLA!.
“Fui tan feliz ese día… ¡Se nos nota en la cara! Para mí fue un día maravilloso y uno de los mejores días de mi vida, por mí, por él y porque sé lo que suponía para mi madre. Mi madre hubiera sido inmensamente feliz, estaba cumpliendo una de sus últimas voluntades... ‘Tú no te vas a creer que no me voy a morir sin verte casada con este’, me dijo”, explica la presentadora, aunque no pudo disfrutar de ese momento como le hubiese gustado y la ausencia de su hijos en el enlace le perseguirá siempre.
Tal y como reveló ‘Outdoor’, el refugio del matrimonio durante todos sus años de amor está situado en Valdelagua, en San Agustín de Guadalix, un municipio que se encuentra a 30 kilómetros de la capital.
Privacidad y seguridad son las dos palabras que mejor definen al complejo residencial en la que se encuentra la vivienda de la pareja, que cuenta con un equipo de vigilancia que asegura la tranquilidad y el descanso de sus más de 200 vecinos, entre los que se encuentran el tertuliano Kiko Hernández, la estrella de cine Penélope Cruz o el popular intérprete Luis Tosar.
La hija de Rocío Jurado es partidaria de hacer vida en el hogar, por lo que se ha encargado en adquirir uno que cuente con todo tipo de lujos y comodidades. Y es que, según han publicado numerosas cabeceras, la parcela de la madre de Rocío y David Flores tiene una extensión de 2.000 metros cuadrados. Un gimnasio completamente equipado o una piscina de grandes dimensiones son solo algunos de los lujos de los que disfrutan la heredera universal de ‘La más grande’ y el sevillano, sin salir de casa.