La muerte de Mila Ximénez ha afectado sobremanera a Kiko Hernández. Los colaboradores mantenían una estrechísima relación desde hace años y la pérdida de Mila ha terminado pasando factura a Kiko no solo anímicamente. El que fuera concursante de 'Gran Hermano' padece desde hace tiempo artritis psoriásica, una enfermedad crónica cuyos síntomas han empeorado tras el fallecimiento de su compañera y de la que él mismo ha querido dar recientemente algunos detalles en el plató de ‘Sálvame’ junto al doctor Jesús Sánchez Martos. Desde Outdoor nos hemos puesto en contacto con el Dr. Marcos Paulino, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología, para conocer un poco más sobre esta afección que ha complicado las últimas semanas del colaborador.
La artropatía psoriásica, o artritis psoriásica es una enfermedad articular, crónica y degenerativa, que afecta al sistema autoinmune. Esto quiere decir que es el propio cuerpo del paciente el que, en determinadas situaciones 'se ataca' a sí mismo. En palabras del doctor Paulino, "es una de las más de 200 patologías reumáticas que existen y afecta a 200.000 personas en España. Se denomina así porque guarda relación directa con la psoriasis cutánea, siendo ambas enfermedades autoinmunes".
Se trata de una enfermedad crónica que evoluciona de manera irregular a lo largo de la vida, alternando épocas de inactividad y otras de inflamación y dolor. Puede llegar a desarrollarse en aproximadamente un 30% de los pacientes con psoriasis. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), en algunos casos la artritis aparece antes que las lesiones cutáneas, que se desarrollan con el paso del tiempo. No obstante, esto no siempre es así, ya que hay pacientes en los que la afectación de la piel no se produce, a pesar de padecer la enfermedad. Por este motivo los expertos recalcan que "la gravedad de la artritis no tiene relación con la extensión de la lesión de la piel".
La causa última de esta enfermedad es desconocida, aunque los factores genéticos suelen ser los principales causantes de la misma. "El principal factor de riesgo es tener antecedentes familiares o personales de psoriasis. Por otro lado, la artritis psoriásica forma parte de un grupo más amplio de enfermedades, denominadas espondiloartritis", explica el portavoz de la SER. "Dentro de las espondiloartrisis tenemos la Espondilitis Anquilosante, la Artritis Reactiva o la Artritis asocidada a la enfermedad inflamatoria intestinal. Todas ellas tienen autoinmunidad cruzada con la psoriasis y tienen más riesgo de desarrollar alguna o varias de las enfermedades de este grupo", añade.
Las situaciones de estrés y de ansiedad suelen ser los principales desencadenantes de los brotes de artritis psoriásica. Situaciones que Kiko ha tenido muy presentes en las últimas semanas y que explicarían por qué luce desde hace tiempo los guantes compresores que tanto revuelo han generado en redes en los últimos meses, donde se ha llegado a comparar al colaborador de 'Sálvame' con Michael Jackson.
No obstante, también puede haber otras situaciones que desencadenen un brote de artropatía psoriásica, como "cambios bruscos en el sistema inmunitario, desarrollar una infección o no seguir bien el tratamiento, con abandono de la medicación o tomando solo una parte o menos dosis de la recomendada por el reumatólogo".
Esta enfermedad degenerativa no tiene cura. No obstante, cada vez existen mejores herramientas y técnicas que ayudan a combatir el dolor y a mejorar el tratamiento de las heridas cutáneas, algo que se traduce en una mejora sustancial de la calidad de vida de los afectados.
Es una dolencia crónica que puede afectar a distintas estructuras del esqueleto y puede ser muy diferente de un paciente a otro. Los principales síntomas de la artritis son dolor, hinchazón, calor o dificultad de movimiento de la articulación inflamada, que podría deformarse con el paso del tiempo. También puede haber entesitis (inflamación en la unión de los tendones a los huesos), dactilitis (dedos hinchados) y dolor de espalda.
No existe una única causa que favorezca el desarrollo u aparición de la artritis psoriásica. No obstante "algunas infecciones, la obesidad, la dislipemia, el hábito tabáquico o el consumo excesivo de alcohol podrían influir en la aparición de la APS" apuntaba recientemente el Dr. Jose Antonio Pinto, uno de los coordinadores de los Talleres de Artritis Psoriásica de la Sociedad Española de Reumatología.
Todo ello, puede llegar a resultar incapacitante y limitar mucho la libertad de movimiento (como en el caso de Kiko Hernández, que ha tenido que cambiar de casa al no poder subir escaleras). "Es una enfermedad inflamatoria, dolorosa, erosiva, deformante, que provoca secuelas y limita la capacidad de movimiento, la función de las articulaciones a la hora de comer, vestirse, asearse, pasear… por eso insistimos en el diagnóstico y tratamiento precoz. Se calcula que, en nuestro país, el retraso desde el inicio de los primeros síntomas hasta el diagnóstico es de 2 años y medio, cifra muy mejorable, sin lugar a dudas", incide el doctor Marcos Paulino.
El tratamiento varía en cada paciente según la intensidad y la extensión de las articulaciones inflamadas, por la gravedad de las lesiones cutáneas u otras manifestaciones causadas por la enfermedad. Aún así, el especialista cuenta con recomendaciones comunes que podrían aplicarse a todos ellos. Confiar y establecer una buena comunicación con el médico cabecera y el reumatólogo, así como un buen cumplimiento del tratamiento (es fundamental que el enfermo tome bien la medicación, tal como le detallan sus médicos, para evitar complicaciones, brotes y secuelas) son clave. "Además, mantenerse activo, hacer ejercicio moderado y adecuado para la enfermedad resulta vital para mantener una buena salud osteoarticular", puntualiza mientras recomienda visitar el programa Reumafit con ejercicios específicos para cada enfermedad reumática.
Kiko Hernández ha aprendido a vivir, como miles de personas en España, con esta enfermedad crónica que limita su capacidad de movimiento en determinadas ocasiones. Outdoor ha podido hablar con una paciente con psoriasis, que si bien no ha desarrollado artritis – y no tendría por qué hacerlo en un futuro- es consciente del dolor y de las dificultades que supone esta patología.
"Mi psoriasis es una variante rara de la cutánea, no es artropatía psoriásica. Yo presento esta patología solo en palmas de las manos y las plantas de los pies", comenta Gabriela Vaca. "Hay una capa de la piel que no se me descama, sino que aparecen unas grietas que llegan hasta la parte más profunda de la piel hasta sangrar", explica.
"Esas grietas muchas veces se infectan y producen mucho dolor. Cada vez que camino siento una fuerte presión sobre las heridas y duele. Es como si me pinchasen con una aguja en cada una de las heridas", comenta la paciente, quien debe recurrir al uso de medicamentos como corticoides, además de otros tratamientos en crema con un alto porcentaje de urea para calmar sus heridas, las cuales aparecen normalmente en episodios de estrés.