Por lo civil, muy sevillana y con dress code: así fue la boda Fran Rivera y Lourdes Montes

Fran Rivera y Lourdes Montes se conocieron, como buenos sevillanos, en la Feria de Abril, y aunque no fue un flechazo inmediato, el torero se armó de paciencia y luchó por el amor de su ahora esposa, y a los tres meses consiguió su primera cita. Desde ese momento la pareja se ha vuelto inseparable, él hincó rodilla, ella dijo 'sí' y el 14 de septiembre del 2013 se casaban por lo civil, en Sevilla.

Rodeados de sus amigos y familiares más allegados, la pareja se juraba amor y celebraban su unión en El Recreo de San Cayetano, la finca donde nació Antonio Ordóñez, abuelo del novio, en la localidad malagueña de Ronda. El torero tenía que quería marcar tendencia e implantó un dress code para los invitados: chaqué y chistera el de ellos y vestido corto y sombrero para ellas.

Como manda la tradición la novia llegaba tarde y hecha un manojo de nervios enfundada en un vestido de Pronovias, que ella misma había bocetado y con el que llevaba soñando desde que tenía 17 años. Aunque amenazaban lluvias hicieron el coctel de pie, al aire libre que duró hasta altas horas de la madrugada. Diez meses después, el 12 de julio de 2014, la pareja celebró una segunda boda, esta vez por la iglesia, en la capilla de la Esperanza de Triana de Sevilla.

12 años de amor

Fran Rivera y Lourdes montes se conocieron en una Feria de Abril, por unos amigos en común. Aunque inicialmente ella no se fiaba de él, la pareja celebraba el año pasado 12 años de amor. “12 años de una historia de amor, que empezó justo cuando te vi. Y mira …. Doy gracias a Dios”, comentaba el torero el Instagram. 

Tras dos años desde que empezaron a salir, se decidió y le pregunto: ¿quieres casarte conmigo? Ella no lo dudó y poco tiempo después el 14 de septiembre del 2013, la pareja se juraba amor eterno en una ceremonia civil oficiada por el entonces alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido Álvarez. La celebración tuvo lugar en El Recreo de San Cayetano, la finca donde nació Antonio Ordóñez, abuelo del novio, en la localidad malagueña de Ronda.

Un enlace con ‘dress code’

La pareja redujo el máximo posible el número de invitados, y aunque finalmente fueron cerca de 400 que tuvieron que acudir al evento con el ‘dress code’ marcado por la pareja. Chaqué y chistera el de ellos -"no sabes la insistencia de Fran con lo de la chistera" -, aseguraba la novia sobre su enlace, y vestido corto y sombrero para ellas. Todos cumplieron con el protocolo. El primero de ellos, el novio, que llevó un elegante chaqué azul marino y chistera gris muy años 50.

Lourdes confió su vestido al Atelier Pronovias según los bocetos de un traje nupcial que ella misma dibujó cuando tenía solo diecisiete años. "Me casé con el vestido de mis sueños y disfruté muchísimo todo el proceso de creación. Era un diseño de inspiración años 20 realizado en crepé de seda con encaje superpuesto en el cuerpo, cristales bordados, manga larga hasta la muñeca, escote en V y una falda muy fluida. La bordadora fue la misma que bordó el vestido de novia de la reina Letizia en Barcelona. Nada de transparencias ni de paillettes. Como me casé por lo civil fui sin velo y tampoco llevé tiara".

Sandalias blancas de medio tacón de Pura López, pendientes isabelinos de perlas y brillantes de su abuela Maripepa, y el ramo de nardos, jazmines y buganvillas completaron el look nupcial de la novia. "Para el peinado me decidí por una trenza semideshecha, muy ligera, obra de mi peluquera Carmela Domínguez, igual que el maquillaje, en tonos muy suaves. Lo que no se me pasó por la mente fue llevar las uñas pintadas de rojo. Fran las odia", aseguraba Lourdes Montes en su día. 

Una boda muy sevillana

La pareja tenía muy claro que quería algo cercano en donde los invitados se relacionaran abiertamente y apostaron por un coctel aire libre de pie en el que degustaron distintos tipos de queso, puestos de sushi, jamón ibérico, cócteles, pulpo...El menú, servido por el catering Manolo Juliá, incluía arroz con carabineros y un delicioso bufé de postres.

Diez meses después, el 12 de julio de 2014, Fran y Lourdes celebraron una segunda boda, esta vez por la iglesia, en la capilla de la Esperanza de Triana de Sevilla. Para la ocasión ella se decantó por un vestido de inspiración años 20 color rosa palo muy suave, con velo (esta vez, sí) y una cola larguísima también diseñado por ella misma. Al salir de la Iglesia, Fran aseguraba: "prometerle a Lourdes amor eterno en ese altar, frente a mi Cristo y mi Virgen, ha sido lo más. Algo muy serio. Triana es mi casa".