El 2024 llega con el firme propósito de mantener a Bertín Osborne “en el candelabro”. Su reciente paternidad y las incendiarias declaraciones sobre este hecho con las que finalizó el año dan buena cuenta de ello. Hubo un tiempo en el que parecía que Bertín sentaba la cabeza y encontraba la estabilidad: fueron sus años junto a Fabiola Martínez. Su boda, celebrada en verano del 2006, fue tan bonita que merece ser recordada. Precisamente por eso hoy la desclasificamos.
El enlace, que se fraguó en el más absoluto secreto hasta que un amigo parlanchín de la pareja se fue de la lengua, tuvo lugar en la célebre finca sevillana del cantante, la ‘Hacienda San José’. Ésa que ha servido durante tantas veces de plató para sus entrevistas en el espacio ‘Mi casa es la tuya’ de Telecinco.
Según informó en aquella época la revista Hola, Fabiola acudió al altar con un diseño de Rosa Clará en color marfil, bordado en pedrería, con un poco de cola, escote palabra de honor y chal en organza. Para acompañar tan bello estilismo la venezolana optó por la máxima de “menos es más” y como única joya lució unos elegantes pendientes de la firma Tous. Para el pelo Fabiola no se decantó por ningún tipo de recogido y dio el “sí quiero” con la melena suelta.
Contaba Beatriz Cortázar en su columna de ABC tan solo tres días después del enlace que la ceremonia religiosa tuvo en el jardín de la finca y fue oficiada por el primo hermano de la madre del cantante. Curiosamente, este sacerdote fue el encargado de oficiar la primera boda de Bertín con su primera esposa, la desaparecida Sandra Domecq.
Aquella fue una ceremonia muy emotiva que comenzó con Bertín llorando a mares acordándose de su madre. Al lado del cantante estuvieron su padre, sus tres hijas. Junto a Fabiola también estuvieron sus seres queridos que viajaron desde Venezuela para asistir a tan importante cita.
La lista de invitados estaba compuesta por la florinata de la Alta Sociedad andaluza: muchos amigos de toda la vida, como miembros de los Domecq, los Bohórquez, los Fúster... Entre los invitados televisivos se encontraban Mar Saura y Jorge Fernández y Juan y Medio. También acudieron Carmen Martínez Bordiú (con su entonces marido José Campos) y el incombustible Poty, que arrancó a la novia de los brazos de Bertín para bailar el vals que habían inaugurado. Como no, por allí también estaba el recientemente desaparecido Arévalo, gran amigo de Bertín desde hace décadas.
La cena vino de la mano del restaurador sevillano Rafael Juliá, que sirvió una cena a base de salmón y cofit de pato. Se bebió vino tinto de las bodegas del propio Bertín y como fin de fiesta, los invitados pudieron disfrutar de la voz del novio, que interpretó algunas canciones.
El cantante quiso también que Fabiola pudiera vivir y respirar las costumbres de su tierra en su boda por lo que para la víspera organizó una fiesta en la misma finca donde no faltó el asado al estilo venezolano.