La vida sigue golpeando a Ana Obregón. Tras el fallecimiento de su hijo, Álex Lequio a causa de un cáncer, la vida de la bióloga ha cambiado radicalmente. Su gran apoyo para hacer frente a este duro varapalo fueron sus padres. Sin embargo, la presentadora tuvo que despedirse de su madre para siempre el pasado mes de mayo. Ahora, la actriz está preocupada por el estado de salud de su padre, Antonio García Fernández, que está ingresado en el hospital a los 95 años de edad.
La actriz española siempre ha tenido una magnífica relación con sus padres. Tanto es así que, cuando falleció su hijo, ellos fueron su principal apoyo. Además, la familia Obregón siempre se ha mostrado como una piña, unidos ante todas las situaciones que el destino ha ido poniendo en su camino. Sobre todo estos dos últimos años, que han sido especialmente duros para la presentadora.
El pasado mes de mayo, coincidiendo con el primer aniversario del fallecimiento de Álex Lequio, Ana Obregón se veía obligada a dar el último adiós a su madre, que era uno de sus pilares fundamentales. Ahora, tan solo cuatro meses después, la televisiva ha volcado todos sus esfuerzos en su padre, por el que está muy preocupada, tal y como publica la revista 'Hola'.
Con el ingreso hospitalario de su padre, Ana Obregón ha tenido que hacer frente a otro duro obstáculo, demostrando, una vez más, su infinita entereza ante los golpes de la vida. Pero Ana Obregón no está sola, tiene a sus dos hermanas, Amalia y Celia, que también están permanentemente pendientes de su padre y no se separan de él.
Las tres están siempre que pueden en la clínica de Madrid en la que se encuentra hospitalizado Antonio García y la preocupación se puede observar a través de sus rostros. Aunque no se sabe el motivo del ingreso hospitalario, su avanzada edad podría provocar que la situación sea aún más complicada.
Además, este no ha sido el único susto de salud al que el padre de la artista ha hecho frente en los últimos años, pues ha sufrido varios achaques de salud. Precisamente en 2016, el patriarca de la familia acudió al hospital tras caerse por las escaleras de su domicilio. Un año más tarde, padeció una infección renal.
Ahora, a sus 95 años de edad, Antonio García Fernández ha vuelto a ingresar en el hospital. Eso sí, con la inseparable compañía de su hija, Ana Obregón, que no se separa de su padre en ningún momento. Como ella, el resto de hermanos, que están a la espera de que evolucione favorablemente y pueda volver a su casa.