Hubo un tiempo en el que la llegada del verano no estaba marcada por el solsticio o por las hogueras de la noche de San Juan. Hace años no había verano si Ana Obregón no posaba en la playa y presumía de cuerpazo mientras lucía los mejores bañadores y bikinis. Año tras año, la sociedad española esperaba con ganas el posado de rigor de la bióloga. Pero la realidad de Ana ha cambiado drásticamente y para ella esto no son más que recuerdos de un pasado mejor: "Parece otra vida".
La llegada del verano ha puesto nostálgica a Ana García Obregón, quien ha reposteado algunos de sus míticos posados en la playa a través de sus redes sociales. Unos posts que ha compartido desde la página de uno de sus clubs de fans y que ha acompañado de unas tristes y nostálgicas palabras que reflejan el mal momento que atraviesa.
La reina del papel couché. Una influencer de la época. Ana Obregón fue durante muchos años un verdadero icono de la moda y de las revistas del corazón. Pero desde que la vida le arrebatase lo que ella más quería en el mundo, nada ha vuelto a ser como antes. "Parece otra vida", escribe mientras observa la eterna sonrisa con la que aparece en las fotografías y lo lejanas que se muestran ahora.
La muerte de su hijo Aless ha cambiado para siempre la percepción de Ana Obregón, cuyo dolor, un año después del fallecimiento del que fuera su único hijo, continúa desgarrándola por dentro. A este duro golpe se sumaba hace tan solo unos meses la pérdida de otro de los pilares fundamentales de su vida, su madre Ana María Obregón Navarro.
Los posados de Ana Obregón en verano nunca han faltado. La ex de Alessandro Lequio no solía fallar una cita y, si no lo hacía de la mano de alguna de las grandes cabeceras del país, lo hacía ella misma en sus redes sociales. El año pasado, por motivos más que evidentes, fue una excepción y esta temporada todo apunta a que tampoco habrá posado.
Puede que en un futuro lejano volvamos a ver a Ana recuperar la sonrisa y posar en alguna playa española como hizo durante tantos años. O puede que, como hiciera cuando se armó de valor para presentar las Campanadas en la madrileña Puerta del Sol siete meses después de perder a su hijo, Ana sorprenda y recupere esta tradición – quizás ya algo castiza- con la que nos deleitaba verano tras verano. Y aunque también cabe la posibilidad de que no lo vuelva a hacer más, nosotros desde aquí soñamos con su vuelta. Mientras tanto, siempre nos quedarán sus fotos, esos recuerdos "de otra vida", para revivir aquellos maravillosos años.