Perder a un hijo es probablemente el suceso más difícil que puede pasarle a una madre. La actriz Ana Obregón experimentó en sus propias carnes el 13 de mayo de 2020 el fallecimiento de Aless Lequio, víctima de un cáncer que arrastraba desde hacía años. Hoy, la bióloga le recuerda en el Día de la Madre más amargo que jamás ha vivido, mientras envía una preciosa carta al cielo.
"Para todas las madres, futuras madres y, en especial, a las madres que han perdido uno", escribe Ana en su cuenta de Instagram, donde ha publicado una fotografía junto a su hijo. "Es mi primer día de la madre sin ti hijo mío y daría mi vida, mi futuro completo, para que volvieras", añade dirigiéndose al amor más grande que ha sentido por nadie en la vida. "Sé que lo harías, Mamá", contesta imaginando la respuesta que le habría dado su hijo. "Lloro todos los días por ti, Aless", añade la artista en el post.
Ana se arma de valor y continúa redactando lo que su hijo, que siempre fue sinónimo de valentía, le habría dicho al verla sufrir por él: "Lo sé, mami, porque recojo cada una de tus lágrimas. Mamá tu fuiste la primera persona que me quiso y la primera persona que amé. Siempre estuviste cuando te necesite cogiéndome de la mano con amor hasta el final y siempre sabías cuando necesitaba un abrazo. Estoy cada segundo contigo, mamá, en tu alma y tu corazón. Porque no me llevé tu corazón, pero si dejé el mío contigo".
Ana termina este diálogo imaginado recordando las últimas palabras que su hijo le dijo antes de fallecer. Palabras que lleva "grabadas a fuego en el corazón" y que hoy duelen tanto como cualquier otro día. "Un día te cogeré de la mano y te llevaré al paraíso, pero hasta entonces, mamá preciosa, cuando quieras verme solo tienes que cerrar los ojos y escuchar un susurro con lo último que te dije: te quiero desde siempre y para siempre, mamá".
Rota de dolor, la intérprete termina su triste carta sabiendo que jamás podrá olvidarle y que, al menos a día de hoy, por dentro está muerta en vida. "Esas palabras las llevo grabadas a fuego en mi corazón, mi Aless. Quizás algún día vuelva a vivir cuando nos reencontremos, pero por si no lo hago, nunca olvides que ha sido y es un privelegio ser tu MADRE y que ¡te quiero más que a mi vida!